Tener el coche a punto es una de las responsabilidades que asumimos cuando compramos un vehículo. Además de ayudarnos a reducir los gastos y las posibilidades de sufrir una avería, mantener el coche en buen estado contribuye a mejorar la seguridad vial, reduciendo el riesgo de que suframos un accidente en la carretera que pueda ponernos en peligro tanto a nosotros como a quienes nos rodean.
Si bien es cierto que todas las partes del coche son importantes y que no debemos descuidar ninguna de ellas, hay, de entre todas, una pieza a la que debemos prestar especial atención si queremos que nuestro vehículo disfrute de una larga vida útil: el motor. Tener un motor bien cuidado es sinónimo de años y años de pleno rendimiento. Sin embargo, dada su complejidad, para evitar desgastes es necesario que nos aseguremos de que todos y cada uno de sus componentes funcionen correctamente y, para ello, es de vital importancia que cuidemos de la bomba de aceite.
Podemos decir que la bomba de aceite es el corazón del motor y, por tanto, de nuestro coche. Esta pieza es la que se encarga de distribuir el aceite por todos los conductos del motor para que todos sus componentes se lubriquen correctamente, con la presión adecuada y de manera constante y uniforme.
De este modo, evita las fricciones y los rozamientos entre las piezas, el desgaste y el exceso de temperatura, alargando así la vida útil del motor, que podrá trabajar sin hacer sobreesfuerzos que puedan ponerlo en un compromiso.
La bomba de aceite se encuentra ubicada en el cráter, una pieza metálica situada en la parte baja de los vehículos que se encarga de almacenar y enfriar el aceite. Desde aquí, la bomba envía el líquido al resto del motor, manteniéndolo siempre a una temperatura de 70 grados y bajo una presión de entre dos y diez kilogramos.
En caso de que haya algún problema en estas dos variables, el aceite perderá su densidad y dejará de fluir correctamente, reduciendo su efectividad y provocando una fricción anormal entre los componentes de nuestro motor. Por ello, es importante que revisemos esta pieza con asiduidad y que solucionemos las averías que se nos presenten cuanto antes.
Por norma general, las averías más comunes que suelen afectar a la bomba de aceite son las relacionadas con la falta presión o la suciedad. En el primer caso, los problemas pueden aparecer por una amplia variedad de motivos, desde una fuga o entrada de aire hasta un exceso de aceite o un mal ensamblaje. En el segundo, los problemas se producen por una acumulación de residuos en el engranaje provocada por el deterioro de otras piezas, un problema que suele aparecer por no cambiar el aceite y el filtro según las indicaciones del fabricante.
Si creemos que nuestra bomba puede estar sufriendo un problema y queremos confirmar nuestras sospechas, deberemos revisar que el cráter está en buen estado, que el motor acciona correctamente la bomba y que esta está correctamente colocada, con todos los tornillos ensamblados. Además, deberemos comprobar el estado del eje y del distribuidor y que no haya partículas en el módulo de aspiración.
En caso de que encontremos partículas, tendremos que fijarnos en el estado de los otros componentes del motor para encontrar el problema. La falta de lubricante unida al paso del tiempo puede hacer que los retenes de la válvula, los botadores, los engranajes de distribución de nylon y los selladores se desgasten, generando todo tipo de partículas que pueden acabar en el circuito de lubricación.
De igual manera, un filtro en mal estado puede hacer que todas estas partículas se mezclen con el aceite, aumentando la presión y, en consecuencia, impidiendo el buen funcionamiento de nuestra bomba. Por ello, es importante que revisemos todos estos componentes para detectar cuál es la fuente de los residuos y evitar que genere problemas mayores.
De lo contrario, podríamos enfrentarnos a una avería importante que, en caso de que tengamos que sustituir o reparar la bomba, podría salirnos por más de 120 euros, así que no te la juegues. En el momento en el que el testigo del cuadro de mandos te avise de que algo no funciona como debería, acude a un taller para arreglar el problema y limpiar todas esas partículas que tanto daño pueden estar haciéndole a nuestro coche antes de que sea demasiado tarde.
Además, no olvides seguir las indicaciones del fabricante y utilizar aceite de calidad. Por lo general, la bomba de aceite suele tener la misma vida útil que nuestro propio vehículo, así que ahórrate cambios innecesarios y cuídala. Tu cartera te lo agradecerá.