Toda la vida con cambio manual: ventajas de pasarte al coche automático
Aunque su función es la misma, conducir un coche automático es muy distinto a uno manual y hay algunas cosas que debes tener en cuenta antes de apretar el acelerador
“Eso es para los que no saben conducir” o “es para vagos” son solo algunas de las frases que has escuchado si eres de los que conduce un coche automático y alguno de tus familiares o amigos es un amante de los manuales. Cada uno tiene sus gustos, pero al final lo que importa es que ambos tipos de coches cumplen la misma función llevándonos allí a donde nos plazca. Cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero puede que los coches automáticos sean los más desconocidos, así que hoy te vamos a enseñar cómo funcionan o si es cierto que gastan más que los de marchas. Quién sabe, quizá tras conocerlos un poco más tu propósito postcuarentena sea un cambio de coche.
Aunque hay bastantes, España no es un país que esté muy acostumbrado a este tipo de automóviles como sí lo está, por ejemplo, Estados Unidos, país en el que la mayoría de los coches son automáticos. Pero cuando los empiezan a conocer, la gente se suele interesar por ellos debido a las comodidades o ventajas que presentan. ¿Te atreves a descubrirlas?
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Las ventajas del cambio automático
La principal característica por la que se conoce a los coches automáticos es por la ausencia del embrague, pues solo tienes que acelerar y frenar, por lo que tu pie izquierdo no lo utilizas para nada. Dependiendo de la velocidad o potencia del momento, el propio coche sube o disminuye de marcha. Por eso mismo, son mucho más fáciles de manejar que los manuales al centrar toda la atención en el volante y la carretera sin tener que estar pendientes de cambiar de marcha constantemente.
Y la que podría ser su mayor ventaja: su eficacia en las cuestas. Cuando aprendemos a conducir el mayor temor son las pendientes en las que el coche manual se nos cala una y otra vez hasta que le cogemos el truco a jugar con el embrague, el freno y el acelerador. En cambio, en los automáticos, el coche ya de por sí tiende a ir hacia delante, por lo que junto al acelerador, las cuestas no van a volver a ser un problema para tu conducción.
Y un mito que se ha incrustado en la sociedad es que su consumo es mayor que el de los manuales. Hace unos años sí que en muchos modelos se podía producir, pero actualmente, con los avances que se han ido produciendo, prácticamente no existe diferencia entre ambos. Asimismo, su seguridad es incuestionable, pues si tiene un buen mantenimiento su cambio de marcha no falla y se produce siempre en el momento exacto, así como su rápida respuesta ante frenazos muy bruscos.
Tipos de cambios automáticos
Sí, existen varios tipos de caja de cambios para los coches automáticos aunque parezca increíble. Uno de los más usados es el convertidor de par, antes eran bastante bruscos para cambiar la posición de la palanca, pero con el tiempo se han implementado unas más suaves que incluso añaden más marchas para el cambio secuencial. Porque, efectivamente, si no quieres que el coche haga los cambios automáticamente, puedes hacerlo tú con la palanca de cambios sin necesidad de pisar ningún embrague.
Por su parte, existen otras cajas de cambios para los coches automáticos como la manual pilotada, en la que el conductor debe levantar el pie del acelerador si quiere cambiar de marcha manualmente de forma suave. La caja de cambios por variador continuo (CVT), que permite una mayor aceleración y tiene ‘marchas infinitas’. Por último, el cambio automático de doble embrague, que destaca por unos cambios de marcha rápidos y suaves que enamoran a los amantes de los automóviles.
También tienen sus ‘peros’
No todo iba a ser maravilloso, un coche automático también tiene alguna que otra desventaja, empezando por el precio, pues suelen ser más caros que los manuales. Hay ocasiones en los que usar el modo secuencial es mejor para no castigar mucho los frenos, por lo que se suele recomendar la compra de vehículos automáticos que tengan instalada esta opción en su caja de cambios.
Y un gran inconveniente, en especial al principio, son los vicios. Si llevas años conduciendo un coche manual, estás más que acostumbrado al uso del pedal del embrague, por lo que cuando llevas un coche automático debes ser consciente de que el pie izquierdo no lo usas para nada. Muchos conductores han presionado sin querer el freno, ya que en su cabeza iban a pisar el embrague, así que debes tenerlo muy en cuenta sino te quieres llevar un susto. Lo mismo con los conductores que se pasan al manual y tras muchos años en el automático... no recuerdan usar correctamente el embrague.
Por lo demás, no existen grandes inconvenientes más allá de algún lio con la palanca, la R para la marcha atrás, la D mientras conduces, y la P cuando dejas el coche parado o estacionado, el punto muerto del coche automático.