Lo normal toda la vida ha sido comprarse su propio coche, pero las tendencias cambian y las costumbres parece que también, por eso ya no todo el mundo se compra su coche particular. Entonces, ¿cómo se mueve? Todo depende del modo de vida de cada uno, pero centrándonos en los coches, la opción que cada vez coge más fuerza y llega a los oídos de los conductores es el renting, es decir, tener un coche de alquiler durante unos años pagando solo una cuota mensual. Pero, ¿de verdad merece la pena? ¿Conviene optar por esa?
Para empezar posiblemente eso del renting te sea aún algo desconocido, por lo que para saber si realmente te conviene no está de más conocer exactamente qué es y qué ofrece a los conductores que se acogen a este método. El renting es un contrato de alquiler de un coche a largo plazo, por lo que no vas a ser el propietario de dicho coche, aunque conducirás uno de los últimos modelos durante una buena temporada, convirtiéndote en la envidia de tus amigos.
Ahora bien, ¿qué es lo que tiene el renting para ser tan atractivo? Pues básicamente que en esa cuota mensual que se paga vienen incluidos la mayoría de gastos que un coche propio conlleva, librándote, entre comillas, de ellos. De esta manera en la mensualidad entra la matriculación, los impuestos que se deben pagar o el seguro del coche, así como las revisiones y el mantenimiento estándar del vehículo. Lo que no entra es el combustible, que corre de cuenta de la persona que ha alquilado el coche, así como el pago de las multas o las reparaciones que haya que hacerle por un uso indebido del coche.
El renting tiene sus cláusulas, que pueden hacer que te decidas a optar por él o por la compra usual de tu propio coche. Lo primero es la duración del contrato, pues espira cumplido cierto tiempo, que suele tener una duración de entre un año y cinco. Y aquí viene una de las más importantes, el kilometraje. Ya te comentábamos que en la cuota entran las revisiones, en las que se comprueba que no se ha superado el límite de kilómetros anuales establecidos por contrato, que suelen estar alrededor de los 15.000. Si se supera la cifra estipulada, se tendrá que pagar un plus por ello.
Ten en cuenta que el contrato hay que cumplirlo, por lo que sí, puedes devolver el coche antes de tiempo en la mayoría de ocasiones, pero estás incumpliendo el acuerdo, por lo que no te queda otra que pagar una penalización.
No cabe duda de que el renting es una opción más que jugosa para estrenar coche cada ciertos años y así probar los últimos modelos y la mejor tecnología automovilística. Para saber qué te conviene el mejor indicador es el kilometraje. Para alguien que casi no coge el coche, solo en ocasiones puntuales o para trayectos muy cortos puede que al final la mensualidad no le sea tan ventajosa a largo plazo como se pensaba. Tampoco para aquellas personas que hacen grandes trayectos durante todo el año y corren el riesgo de pasarse del límite de kilómetros.
Por lo que el mejor perfil es aquella persona que hace un uso constante del coche pero sin grandes exageraciones y que pueda aprovechar los kilómetros que tiene disponibles sin riesgo a pasarse y tener que pagar de más. De esta forma te aprovechas al poder estrenar coche cada poco tiempo, despreocupándote de la mayoría de gastos. Pero si no es así, lo mejor es invertir a largo plazo en la compra de un buen coche al que poder sacarle todo el partido posible según el uso que le des.
Ya ves que aunque pueda parecer fácil, la decisión no es nada sencilla. El renting es una opción que de primeras es muy jugosa y atractiva, pero no está hecha para todo el mundo, por lo que dependiendo del uso que se le dé al coche puede que te ofrezca grandes ventajas. Entonces sí, ni lo dudes. Pero si parece que no va a ser tan beneficioso, la compra convencional puede seguir siendo una gran opción.