La crisis de los microchips: ¿por qué el plazo medio de entrega de un coche nuevo ha pasado a más de 100 días y hace un año era la mitad?
En 2021 las fábricas españolas van a dejar de fabricar casi un millón de coches
La automoción es el sector más afectado por la escasez de chips
Alucinante: el cambio de tiempo en Taiwán, clave en la escasez
Si hablamos a escala mundial y suprimimos dos temas, Covid y quizá Afganistán, el mundo económico, ahora mismo, sólo habla de algo realmente pequeño, pero increíblemente importante para nuestro día a día, para nuestra economía y, por ende, para nuestra vida. Se trata de los microchips. La escasez de estos componentes por los distintos factores que se han acumulado en los últimos meses, hace que muchos gigantes de la industria estén realmente desesperados y mirando el calendario ante la imposibilidad de cumplir contratos y perder miles y miles de millones.
Parece que la telefonía móvil está aguantando relativamente bien el tirón, lo mismo que la producción de ordenadores, neveras o videoconsolas, pero el sector de la automoción está en pánico desde hace meses. La ausencia de estos pequeños sistemas inteligentes ha parado o va a parar, prácticamente, todas las fábricas de coches españolas, y también en el resto del mundo. Unas paran días enteros, otras suprimen turnos, otras dan prioridad a unos modelos frente a otros porque necesitan unos chips que no llegan ni van a llegar pronto… y si esto está creando paros cardiacos entre los más altos cargos de todas las empresas y factorías automovilísticas, a nivel usuario, también nos afecta, y mucho más de lo que crees. Toma nota.
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Las fábricas de coches son un pilar importante de la economía española
Junto al Turismo, la industria del automóvil es la segunda más importante en España. A pesar de que hay más marcas en el mercado de origen francés, alemán, italiano o británico, prácticamente todas ellas tienen fábricas en nuestro suelo. En 2019 se fabricaron casi 2.800.000 coches en las fábricas que marcas como Renault, Ford, Seat, Volkswagen, Mercedes, Nissan, Opel, Citroën (ambas PSA, ahora Stellantis) poseen en España. El coronavirus y la crisis se llevaron por delante más de medio millón de vehículos fabricados en suelo patrio en 2020 y todo apunta a que este año no lleguemos, ni de lejos, a los dos millones de unidades fabricadas.
La competitividad de nuestra industria automovilística está fuera de toda duda. Sin embargo, la electrificación es un punto en el que aún tenemos que ponernos un poco más al día. Absolutamente todos los coches que se venden hoy en día llevan bastantes chips incorporados y casi toda la producción mundial está en Asia, tres de cada cuatro vienen de allí, siendo Taiwán el principal país exportador. Sólo Taiwan Semiconductor Manufacturing Company monopoliza el 60% de la producción global y el 90% de los microchips avanzados.
Para que os hagáis una idea de la escasez que hay en el mercado y la dificultad para que lleguen a todo el que los demanda, la fábrica de Mercedes-Benz en Vitoria lleva un mes parada, y son tres turnos non stop. La factoría de Figueruelas (Opel/Stellantis) pierde turnos por docenas. Martorell, sede de Seat, ha parado ya más de 20 días, tres más que la de Almussafes de Ford. En Vigo (Citroën/Stellantis) poco más o menos y Renault tiene activos varios ERTE en todas sus fábricas. El parón industrial por culpa del coronavirus ha sido una cerilla gigante en el inmenso barril de combustible que es el planeta ahora mismo. Y en septiembre se están produciendo aún más paros y más largos.
Las ventas no se recuperan… ni se van a recuperar pronto
Entre que el poder adquisitivo de los españoles desciende de manera increíble, cada vez somos más y más pobres, y que la pandemia ha asolado la economía de todo el mundo, la situación empieza a ser más complicada de lo que parece. Las matriculaciones de coches bajan y bajan cada mes, en parte porque los bolsillos están al límite de gasto, y además, cuando quieres comprar un coche te dicen que, tal y como lo quieres, tienes que esperar unos cuantos meses. Los microchips y semiconductores están dificultando muy mucho la recuperación de los países industriales, más si cabe, los que tienen un pilar importante de la economía en el mundo de la automoción.
Pero eso no es lo peor. Los fabricantes de este tipo de elementos aseguran que la crisis de abastecimiento no acabará antes de finales del año próximo. Además, los datos no invitan al optimismo, ya que las ventas siguen descendiendo con respecto al año pasado, ya de por sí más bajo que el 2019. Hablamos de un 30% menos de ventas de coches en España, una auténtica tragedia.
Para el españolito de a pie, que hace un esfuerzo brutal para comprarse un coche nuevo, ahora ve como, una vez en el concesionario, le dicen que, tal y como él quiere el coche, le va a tardar en torno a seis meses de media… cuando en enero mismo de este año, no se llegaba a los 100 días de retraso en la entrega en, prácticamente, ningún caso. Hay concesionarios que no sólo es que estén dando fechas de entrega para 2021, sino que algunos ya han llegado a decir que el coche no estará en manos de su propietario antes de 9 meses. El problema afecta por igual a todas las marcas, y especialmente a los coches más pequeños, los de entre 12.000 y 25.000 euros, los más demandados y vendidos.
La conectividad de los vehículos exige la presencia de bastantes chips en su fabricación
Como esto pasa en prácticamente todos los casos en los que alguien quiere comprar un coche, la imposibilidad de comprar el coche a la carta, con la configuración deseada, tampoco queda mucho stock en las campas de los concesionarios, ya que muchos optan por sacrificar equipamiento, color o incluso motor para poder tener el coche lo antes posible, ya que en muchos casos no pueden esperar o el coche es necesario de inmediato. Incluso el mercado de segunda mano y de coche usado está viviendo un auténtico boom.
“Los coches cada vez están más conectados y los chips son fundamentales en esta conectividad”, comenta Noemí Navas, Directora de comunicación de Anfac, la patronal de fabricantes de automóviles española. Durante la pandemia se rompió la cadena de proveedores, las fábricas de producción cerraron y la demanda de productos tecnológicos no cayó. Así de fácil se ha gestado la catástrofe internacional.
Para la producción de estos chips se necesita mucha agua para refrigerar la maquinaria, y justo ahora mismo en Taiwán hay escasez por culpa del cambio climático. Allí suelen llenar los embalses en la época de tifones… y este año, por primera vez en 58 años, no ha habido ninguno. Aun desviando agua de cultivos a las factorías, el nivel de producción no ha sido posible de mantener.