Cero muertes por accidentes de tráfico: ese es el ambicioso objetivo que la Unión Europea se ha marcado para 2050. Bruselas se encuentra trabajando para reducir al máximo la siniestralidad en carretera, uno de los problemas más graves a los que se enfrentan los países más desarrollados.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año aproximadamente 1,3 millones de personas en todo el mundo pierden la vida en la carretera. En España, estas cifras son igual de desalentadoras. A pesar de que en 2020 y 2021 se registraron los dos mejores años de la serie histórica, con un total de fallecidos de 870 y 1.004 personas, estas cifras están completamente distorsionadas por la pandemia de la Covid-19, que redujo notoriamente los desplazamientos por la carretera. Así, y pese a que la tendencia pueda parecer positiva, el ministro de interior Grande-Marlaska ha afirmado que la valoración “no puede ser positiva”, ya que “1.004 fallecidos en carretera el pasado año son demasiados”.
Para luchar contra la siniestralidad en carretera, la Unión Europea ha planteado un conjunto de medidas y normativas con las que esperan evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves en las carreteras europeas de cara a los próximos 18 años.
Este paquete de medidas se engloban dentro del programa “Visión Cero”, con el que se espera la siniestralidad en las carreteras a cero de cara a 2050, e incluye la instalación obligatoria de varios Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción (ADAS, según sus siglas en inglés), unos novedosos dispositivos de seguridad que pueden detectar y alertar sobre situaciones de riesgo en la carretera y que deberán incorporar todos los vehículos de nueva homologación de la Unión Europea a partir del próximo mes de julio.
Uno de los dispositivos más destacados que llegarán a nuestras carreteras son los Event Data Recorder (EDR), un aparato cuya traducción literal al español sería algo como Registrador de Datos de Eventos y que funciona igual que las cajas negras de los aviones.
Estos dispositivos, que a partir de 2024 serán obligatorios para todos los coches nuevos que salgan de los concesionarios, tienen el objetivo de recabar información tanto del vehículo como de sus ocupantes para que, en caso de accidente, se puedan esclarecer las causas del siniestro.
Estos EDR irán instalados bajo el asiento del conductor, atornillados al chasis, y podrán registrar hasta quince parámetros del vehículo, como puede ser la velocidad, las revoluciones del motor, la fuerza del impacto frontal y lateral, los movimientos de dirección, la frenada o el funcionamiento de los sistemas de seguridad como el cinturón o el airbag, así como parámetros como el día y la hora.
Cuando se produzca un accidente, los EDR se activarán para grabar todos los datos durante los 30 segundos previos al siniestro y los cinco posteriores. Esta información será completamente anónima, es decir, no incluirá ningún tipo de dato personal sobre los ocupantes del vehículo, y podrá traspasarse a un ordenador para su análisis de forma muy sencilla, ya que solo será necesario conectar el dispositivo.
Los EDR, o cajas negras, no servirán para dirimir la culpabilidad en un accidente, pero sí para esclarecer las causas detrás del siniestro e influir de forma positiva en la conducción. Aun así, desde la DGT señalan que estos dispositivos serán una herramienta útil desde el punto de vista legal en la reconstrucción de accidentes y para aplicaciones específicas de seguridad vial y lucha contra las infracciones.