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Cuando decides comprarte un coche no solo te centras en sus prestaciones, su movilidad, tecnología, eficiencia o gasto de combustible, es importante prestarle atención a la seguridad, tanto para ti que vas dentro como para los peatones que caminan en el exterior y el resto de vehículos. Cada vez que te informas o acudes a un concesionario ves que cada coche tiene un índice de seguridad u otro pero, ¿quién y como lo marca? En Europa se encuentra Euro NCAP (European New Car Assessment Programme), que es el organismo que se encarga de hacer las pruebas de seguridad a los coches. Pero, ¿sabes cuáles son algunas de las pruebas a las que se enfrentan los vehículos que vemos cada día en la carretera?
Como es obvio, esta entidad no hace pruebas con absolutamente todos los vehículos del mercado, pero sí con la variante más vendida del modelo con el equipamiento más popular de los que posee o el más estándar para intentar conseguir las cinco estrellas que le otorguen la máxima seguridad. Para conseguirlo el coche debe pasar por diferentes pruebas que se dividen en varias de ellas que ponen al vehículo en situaciones reales que perfectamente podrían ocurrir.
Este es el primer bloque que cuenta con cinco pruebas distintas, donde se pueden llegar a sumar hasta 36 puntos. El primer test consiste en el choque frontal que se realiza a 64 km/h para verificar la protección de los ocupantes de los asientos delanteros, una prueba que deben superar de forma positiva todos los coches para poder ponerse a la venta. Tras ello llega el latigazo cervical, donde se presta especial atención al reposacabezas para evitar lesiones cervicales.
En la tercera prueba se realiza un choque lateral de un vehículo contra el que está realizando el test, de tal manera que los daños que se puedan causar se recogen en la zona del conductor. Tras ello se hace otra prueba de choque pero contra un poste para ver como reacciona el vehículo en caso de chocar, por ejemplo, contra un árbol. La quinta y última prueba de este bloque estudia los daños que se pueden producir en las rodillas, ya que en un impacto estas pueden golpearse contra el eje de dirección o la zona de las llaves.
Además de los adultos, este organismo también presta especial atención a la seguridad de los más pequeños dentro del vehículo de forma específica. De esta manera tanto en el choque frontal como en los laterales se colocan dos muñecos en sillas reglamentarias en la parte posterior para estudiar la eficacia de estos sistemas en niños pequeños.
Pero no debemos olvidarnos de quienes están fuera, los peatones, pues también hay que trabajar la seguridad sobre ellos, por eso se realiza una prueba en especial para ellos. Por eso mismo se trabaja en dos supuestos: un atropello a un adulto y uno a un niño, ambos a 40 km/h. Para calificar la seguridad del vehículo en este sentido se analiza el golpe en diferentes zonas: el impacto que se recibe en la pierna contra el paragolpes, el de la pelvis sobre el capó o el de la cabeza contra el parabrisas. En el caso de los niños se estudia su impacto sobre el capó.
Para este punto el organismo europeo analiza diferentes elementos de seguridad del vehículo, entre los que destacan la presencia de un limitador de velocidad de serie y también el control de estabilidad, además de los testigos de aviso del cinturón de seguridad cuando este no está puesto.
Con todas las pruebas realizadas, Euro NCAP clasifica los coches de una a cinco estrellas, siendo estos últimos los más seguros y, por el contrario, los que tienen una sola son los menos seguros en carretera. Por eso mismo para poder conseguir una buena calificación es necesario tener compensados todos los bloques de seguridad, pues si uno flaquea demasiado un modelo puede ver cuestionada su reputación en cuanto a seguridad.