El coche eléctrico no termina de arrancar en España. Cada vez que sale a la luz un estudio independiente sobre las ventas de este tipo de vehículos la realidad nos azota con dureza y se lleva como una gran riada los planes más halagüeños que cualquier político puede trazar. Y si nos comparamos con Europa, el sonrojo ya es tamaño XXL.
En esta ocasión no vamos a hablar directamente el coche eléctrico, sino de algo que debe estar a la altura para favorecer su venta y que, obviamente, en nuestro país no es que no lo esté… es que la mayoría ya ni se lo espera. Se trata de los puntos de recarga. La cuestión no es que haya pocos en nuestro país, muy por debajo de la media europea, sino que, encima, ni siquiera la mitad de ellos funcionan correctamente. Mucho Moves, mucho Perte… pero la realidad te atropella y te deja sin argumentos.
Partimos de la base de que prácticamente todo el mundo que se compra un coche eléctrico puede recargarlo en casa. Es la mejor manera para optimizar su uso, su consumo y para no depender de puntos públicos de recarga que, como vamos a ver a continuación, hay pocos y más de la mitad no funcionan correctamente. Pero claro, aún su autonomía es limitada, no podemos hacer 600 kilómetros del tirón como con un depósito de gasolina.
Nos vamos acercando, pero aún falta. También es la mejor forma de mantener el gasto a raya, a pesar de la subida de la luz, porque el precio del kWh en algunos cargadores ya es mucho más elevado que el litro de gasolina, con lo que uno de los alicientes de este tipo de tecnología queda ya desfasado. A nosotros nos ha pasado ya que, calculando el coste por kilómetro, recargar un coche eléctrico es más caro que llenar el depósito de gasolina. Y más si hablamos de los súper cargadores, que llenan las baterías a gran velocidad.
Hay un dato que no falla nunca y es el “Indicador Global de Electromovilidad”. Esta estadística trata la penetración de los vehículos electrificados –incluye los híbridos enchufables- y la instalación de puntos de recarga de acceso público. En el año 2021 el crecimiento de España ha sido de 8,9 puntos. La media europea es de 21,9. Ahora, España está en 27,5 puntos, mientras que la valoración total europea es de 61,2.
La tragedia llega cuando hablamos de los puntos de recarga. En torno a 13.000 en nuestro país, los ratios respecto a los 47 millones de habitantes y los 25 millones de vehículos circulando mueven a la risa, sobre todo comparados con países que están a años luz de nosotros, tipo Japón, Noruega, etcétera.
En Países Bajos hay 47,5 puntos de recarga por cada 100 kilómetros de carretera. La consolación viene viendo que en países como Lituania y Gracia apenas se llega a 0,2 terminales por cada 100 kilómetros de carretera. La cifra española está situada en la cola del grupo, puesto 16, con 1,1 puestos de recarga por cada 100 kilómetros de carretera.
La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) había hecho una previsión de venta de vehículos eléctricos en 2021 que podrían llegar a los 80.000 VE. La realidad ha sido algo decepcionante, en torno a los 65.000 a pesar de las múltiples ayudas anunciadas, que nunca terminan de agotarse por problemas burocráticos, principalmente.
Las mismas previsiones de ANFAC estimaban que a final de año estaríamos en más de 28.000 puntos de recarga, algo optimistas partiendo en enero de algo más de 8.000, y al final se han censado a final de 2021 un total de 13.411 puntos públicos de recarga, es decir, poco más de 4.000 nuevos instalados en el año completo. La administración espera llegar a 340.000 en 2030. O se dan mucha prisa, o va a ser complicado, igual que llegar a 5 millones electrificados en ese mismo año.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es el que ha marcado como objetivo ese parque de 5 millones de vehículos dependientes de la electricidad. Cada día que pasa parece más difícil de cumplir, porque los datos no engañan y estamos por debajo incluso de llegar a la mitad de esas previsiones.
Por si sirve de consuelo, Madrid, Cataluña y Baleares son las comunidades autónomas donde el esfuerzo ha sido mayor y las cifras son un poco menos malas.
En cualquier caso, de nada sirve la instalación de puntos de recarga si éstos no funcionan correctamente. Me explico. El que suscribe estuvo tirado más de tres horas a ciento y pico kilómetros de Madrid porque ninguno de los tres cargadores existentes en ese punto funcionaba correctamente. El de 150 kWh no funcionaba, el de 50 kWh se averió justo al intentar recargar y el de 22kWh fue el que finalmente nos sacó del apuro, pero cargando a la 10,7 kWh, menos de la mitad de su velocidad.
Por desgracia, esto no es algo esporádico, sino que más de la mitad de los puntos de recarga que hemos intentado utilizar, no han funcionado o lo han hecho deficientemente. En fin…