A finales de junio pasado, la Guardia Civil desarticuló una red internacional dedicada a la distribución de diésel modificado en gasolineras de bajo coste. El problema va más allá del éxito de esta operación por parte de las autoridades españolas. Implica que durante un tiempo considerable estas estaciones de servicio, un total de 30, han estado sirviendo millones de litros de un combustible fraudulento a demasiados vehículos. En Uppers hemos consultado con nuestro taller mecánico de confianza cómo puede afectar el gasóleo modificado al coche y sobre todo nos han aclarado las dudas con respecto a qué es el gasóleo modificado.
En primer lugar, antes de comercializar cualquier tipo de combustible para su distribución en nuestro país es necesario que cumpla unos controles de calidad y determinadas comprobaciones que lleva a cabo la Administración. Por tanto, como consumidores debemos estar tranquilos.
Esta red de distribución de diésel modificado por gasolineras españolas destapó una compleja organización criminal que se había especializado en el fraude fiscal en el ámbito de los combustibles. En la operación la Guardia Civil detuvo a más de 22 personas de España, Polonia, Ucrania, Georgia y Argelia que a su vez se habían relacionado con otras 200 personas y sociedades pantalla con las que llevar a cabo el delito. Según información de las autoridades, además de cometer fraude fiscal, se les acusa de blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.
En este caso, la procedencia del combustible en cuestión, el diésel modificado, era de Europa del Este. Tras llegar a nuestro país en transportes internacionales, se almacenaba en cuatro gasocentros clandestinos ubicados en distintas localidades valencianas, Xàtiva, Paterna y Silla, y en Murcia. Desde ellos se realizaba la distribución a través de transporte nacional por la costa mediterránea donde la trama estaba muy asentada. Por otro lado, durante la investigación se localizó otros diez almacenes clandestinos más que daban suministro a gasolineras low cost.
Para conseguir el combustible, la organización, a través de células independientes, adquiría en diversos países europeos hidrocarburos destinados a la automoción cuya composición había sido adulterada para evitar los controles fiscales comunitarios. De este modo, evitaban el Impuesto Especial de Hidrocarburos.
Una vez en España, el hidrocarburo era vendido a gasolineras low cost o de marca blanca que se abastecían de esta organización. Además de no asumir el Impuesto Especial de Hidrocarburos, tampoco hacían frente al IVA. No obstante, sí se lo cobraban a sus clientes, que acudían a estas estaciones de servicio ante el reclamo de unos precios del diésel sensiblemente más bajos que en el resto porque operan legalmente.
Este diésel modificado no pasaba por los controles europeos ni tampoco a su llegada a nuestro país por los controles españoles. Podía haber sido adulterado con sustancias que cambian su composición o bien diluido con el fin de incrementar la rentabilidad por litro.
Según los expertos, al ser un combustible adulterado, sin un control de calidad de su composición, a largo plazo podría llegar a producir daños en la mecánica de los vehículos tras su continua utilización. Además, no había manera de identificar la última causa de la avería. Entre los posibles trastornos, algunos motores pueden sufrir daños en los inyectores, en las bielas y en otra serie de componentes. En cualquiera de los casos, siempre son reparaciones de un alto coste económico.
La Ley de Hidrocarburos española que recientemente se ha modificado y ampliado implica que cualquier carburante para su distribución debe pasar por ciertas pruebas que aseguren el cumplimiento de unos mínimos estándares de calidad. Independientemente de que se comercialicen en estaciones low cost o en las de gama premium, el diésel o la gasolina son sometidos a controles de calidad, que aseguran que no van a dañar el motor del vehículo. En cuanto a las diferencias en los precios de los productos low cost y los de gama alta está en los aditivos, que se añaden con el objetivo de aumentar el rendimiento de los motores.