Siempre hemos oído que en Alemania podemos correr sin límite por sus autopistas. Pues sí… y no. La verdad es que hay tramos y momentos de las conocidas Autobahn en los que puedes ponerte a más de 300 o 400 km/h si tu coche te lo permite, pero hay que tener en cuenta una serie de circunstancias antes de pisar el acelerador a lo loco. Pero ¿a que no sabes que hay un punto en Europa, fuera de los circuitos, obviamente, donde no hay límites de velocidad?
Nos damos un paseo sobre ruedas por el Viejo Continente y vamos a comprobar que las leyes de circulación y los límites de velocidad no son los mismos en Polonia que, por ejemplo, en Estonia. Geográficamente están bastante cerca, pero la diferencia de velocidad máxima en sus autopistas es de 50 km/h, nada menos.
A pesar de que cada vez tenemos más normas en común, el tema de los límites de velocidad está un poco desangelado en la Unión Europea. Cada país tiene potestad para poner el límite donde le place, y fruto de esta heterogeneidad nos encontramos con diferencias más que palpables. Desde el 'No limit' en más de 6.000 kilómetros de Autobahn alemanas, siempre que no haya inclemencias meteorológicas ni trabajos en la calzada, hasta los 90 km/h de Estonia, aunque hay tramos de autopista en el que, ocasionalmente, se puede circular a 100 km/h. El límite por abajo lo marca Malta, donde se circula por la izquierda, y a 80 km/h como máximo.
En el ránking de velocidad Polonia y Bulgaria están a la cabeza, con límites en autopista de 140 km/h. A 130 km/h hay un buen puñado de países que acogen esta cifra como tope para correr por su asfalto. Italia, Croacia, Eslovaquia, Luxemburgo, Rumanía, República Checa, Eslovenia, Hungría, Grecia y Francia, esta última con climatología favorable, tienen su límite en estos 130 km/h que España ha abogado popularmente por adoptar ante la impasibilidad del gobierno de turno. Incluso nos dijeron que se iba a implementar… pero quedó en absolutamente nada.
A 120 km/h Bélgica, Portugal, Suiza y Finlandia nos acompañan en este viaje casi eterno a una velocidad propia de finales del siglo pasado. En un punto en el que estamos cerca de la obligatoriedad de instalar un Asistente Inteligente de Velocidad para prevenir que el conductor no supere la velocidad máxima de cada vía, si cuidamos el estado general de las calzadas, el límite se podría subir sin demasiado problema gracias a los adelantos tecnológicos de los que disfrutamos en nuestros coches, muy cerca ya de la conducción autónoma real incluso.
Entre las anécdotas más llamativas, dejando a un lado las obvias restricciones en invierno en casi todos los países nórdicos, Chipre, Malta, Reino Unido e Irlanda tienen obligación de circular por la izquierda. Los coches que se venden en estos países traen el volante en el lado derecho. Y es precisamente entre estos dos últimos países, Irlanda e Inglaterra, donde nos encontramos con la Isla de Man, célebre por la competición de motos que se celebra cada año, y por no tener ningún límite de velocidad, salvo en las poblaciones que salpican la isla.
Para disfrutar de la conducción sin fijarnos en los límites de la velocidad ya nos tendríamos que ir fuera de Europa… y bastante lejos. La Stuart Highway en Australia o al Sur de la India, aún quedan reductos sin limitación, aunque en algunos casos… ¡mejor no arriesgarse!
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