Si hasta hace unas semanas el ahorro de combustible era algo que tenías siempre en mente al ponerte al volante, después de que se hayan disparado los precios se ha vuelto aún más importante para que repostar no sea un atraco a tu bolsillo. Las gasolineras low cost o las aplicaciones que te indican el precio del combustible en las diferentes estaciones de servicio te pueden ser de ayuda, pero la manera en la que conduces, o la velocidad a la que pones tu vehículo, incluso la vía por la que circulas juega un papel fundamental en el gasto y el ahorro del combustible.
Al final son muchos los factores que afectan al gasto de combustible, pero sabiendo cómo repercuten algunos se puede evitar un gasto mayor. En primer lugar, ¿ciudad o carretera? ¿Dónde se ahorra más gasolina Pues la respuesta es clara, en carretera. En ellas, aunque si se hacen trayectos de larga distancia el gasto siempre es mayor, lo cierto es que el consumo por kilómetro tiende a ser más barato porque se mantiene una velocidad más constante.
Sin embargo, en la ciudad nos encontramos con semáforos, señales de stop, peatones… Todo ello hace que el conductor haga constantes cambios de marcha, detenciones, paradas, acelerones o frenazos. Todo ello, aunque no se alcancen grandes velocidades, hace que el coche tenga un sobresfuerzo y termine consumiendo más combustible.
Si bien los trayectos por carreteras o autovías son más eficientes, también hay ciertos trucos para ahorrar gasolina al volante, y la velocidad es una de las claves, incluso la Dirección General de Tráfico (DGT) lo ha explicado en alguna ocasión. Según han expuesto, la velocidad de 90 kilómetros por hora es la más eficiente para el ahorro de combustible durante la conducción. Mientras, la misma DGT explica que pisar más de la cuenta el acelerador afecta a nuestro bolsillo. Por ejemplo, superar los 120 kilómetros por hora hace que el consumo se eleve un 30%.
En todo caso, más allá de la velocidad, que siempre hay que respetar la que marca cada vía por la que se circula, es importante mantenerla siempre constante evitando frenazos, por eso también es primordial tener en cuenta la distancia de seguridad con el resto de los vehículos. Además, las marchas más altas nos ayudan a consumir menos combustible si no hacemos cambios con frecuencia, manteniendo las revoluciones del vehículo en parámetros óptimos, sin superar las 2.500 en los coches de gasolina y en menos de 2.000 para los de diésel.