Diseño y lujo en estado puro: así es el yate L diseñado por Thierry Gauguin
Su principal atractivo es ese diseño minimalista pero a la vez futurista que se consigue gracias a sus líneas tan sencillas
La energía sostenible es la encargada de propulsar los 36 metros de eslora de forma sutil sobre el mar
Mientras el mundo gira el lujo sigue presente en la vida de los millonarios y de los diseñadores de grandes creaciones, desde las prendas de ropa más exclusivas a los barcos o coches más impresionantes. Precisamente hay que hablar del mar y de una de las nuevas y espectaculares embarcaciones que va a surcar los mares: el yate diseñado por Thierry Gauguin. El diseñador ya ha participado en varias creaciones marinas, pero el yate L es especial por un único motivo: es la primera embarcación que diseña exclusivamente él y su equipo.
Un diseño de otro planeta
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Solo con sus dimensiones ya podemos imaginar qué tipo de embarcación nos espera al contar con 36 metros de eslora en un exterior que podría calificarse de minimalista pero también algo “marciano” en el buen sentido de la palabra al contar con unas líneas de diseño algo futuristas que podrían llegar a recordar a una nave espacial recién aterrizada en el mar. Su cambio de color es una de esas cosas que lo hacen especial, pues durante el día la luz hace que tome unos colores azulados, mientras que por la noche se torna en una tonalidad más anaranjada.
Además, su tecnología y propulsión son completamente sostenibles para ser lo más respetuoso posible con el entorno sobre el que navega. Y hablando de navegación, su movimiento en el agua promete ser espectacular, deslizándose sobre el mar con gran delicadeza y sutileza con unos niveles de ruido y vibración bastante bajos, incluso se habla de que son los menores entre los yates de su clase.
Todo yate exclusivo trae grandes servicios y comodidades y, por supuesto, L no iba a ser menos. Uno de sus grandes atractivos es un club de playa donde pasar las mejores tardes tomando algo en buena compañía mientras se contempla el paisaje junto a una piscina de agua de mar, aunque para los que prefieran, también hay una piscina de agua dulce en cubierta.
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Si alguno de los invitados llega en helicóptero no tendrá problema, pues cuenta con su propio helipuerto para recibir visitas, además de una estación de heliesquí y un submarino que cae el agua cuando se despliega una de las pestañas inferiores.
Con un exterior tan cuidado seguro que estás esperando por lo que se esconde en su interior. Por el momento se sabe que dispone de seis habitaciones que pueden acoger hasta 12 invitados. Si el diseño de todo el exterior ya era peculiar el interior no rompe los moldes y continúa con una línea decorativa similar. Entre sus peculiaridades está el vidrio unidireccional con el que se ha fabricado, justo del mismo tono del casco del barco y que es perfecto para la privacidad de sus ocupantes. ¿Por qué? Pues debido a que ellos podrán ver todo lo que sucede en el exterior mientras que desde fuera es prácticamente imposible observar qué hay en el interior.
A pesar de que la capacidad es para 12 pasajeros, la cosa con los tripulantes cambia totalmente, en parte por la gran cantidad de servicios que se ofrecen. 40 es el total de tripulantes que pueden embarcarse en el yate para prestar todos los servicios que sean necesarios para los huéspedes de la nave.
Su precio y el número de unidades que se podrán a la venta es una incógnita desde que hace un año el proyecto saltase a la luz con todo listo para ir a fábrica y comenzar a producirse. De lo que no cabe duda es que ante un nombre tan sencillo, L, hay una embarcación que es toda una declaración de intenciones para ser el primer diseño en solitario de Gauguin, que busca una embarcación de lujo pero compleja.