Para enfrentarnos a las olas de calor que llegan en verano los ciudadanos solemos recurrir una forma forma más ligera de vestir: ropa holgada, gorras, gafas de sol y sandalias para tener los pies lo más frescos y cómodos posible. De hecho, son muchos los que usan las chanclas tanto para estar en casa como para salir a la calle. Algunos incluso las llevan para conducir, y ahí siempre surge la incógnita de si está permitido hacerlo o no.
Para despejar la duda de cada verano la Guardia Civil ha subido a sus redes sociales una publicación en la que un agente de tráfico arroja luz al asunto. La respuesta corta es clara: "Sí se puede". Pero hay un pero que hace que no sea tan tajante. En el vídeo difundido, el agente expone la condición que hace que sí sea posible coger el volante con las chanclas puestas.
"Sí se puede salvo que el uso de este calzado interfiera en la conducción y pueda provocar un accidente", es la ambigua frase con la que el agente deja abierta la posibilidad de sanción. En principio parece dejar la decisión final al conductor, que será el encargado de evaluar si el calzado que va a ponerse interfiere en la conducción, pero en la práctica no está tan claro.
El Reglamento de Circulación, que recoge las normas de tránsito, de tráfico o de circulación, establece en su artículo 18 que ”el conductor tiene que tener libertad de movimiento” , para poder conducir de forma más segura, así como “mantener su campo de visión y la atención de forma permanente en la conducción" y así garantizar "su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía".
Por tanto, sí se puede conducir en chanclas, puesto que no existe prohibición expresa de ello, pero lo cierto es que el artículo en cuestión se puede aplicar a casi todas las infracciones que los agentes de tráfico no saben como calificar en carretera, desde usar pegatinas en los cristales del coche a circular con una gorra puesta.
En caso de tener un accidente con el vehículo se podrá achacar al uso de este calzado, generando una multa por su uso. En ese caso, el agente puede valorar sancionarnos con entre 80 y 200 euros de multa, en función de que lo considere una infracción leve o una infracción grave dependiendo de las circunstancias.
Sabiendo todo eso, hay que concluir que es el conductor quien debe aplicar sentido común sobre esta regla. Aunque pueden usarse las chanclas siempre que no suponga un peligro y se tenga movilidad completa, la recomendación es usar un tipo de calzado que sea estable, cualidad que no tienen las chanclas.
En cualquier caso, en caso de decantarse por ellas, mejor utilizar las sandalias que más puntos de contacto tengan. Y las que más se desaconsejan son aquellas de dedo en las que apenas existe sujeción con el pie. Únicamente tiene un agarre mínimo que puede entorpecer la reacción, causar incomodidades e incluso causar distracciones. La mejor opción, en todo caso, es una deportiva cómoda, que garantice las características necesarias para una conducción alejada de problemas.