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Beber agua con limón en ayunas tiene un lado oscuro: "El ácido prolongado en la boca no es bueno"

  • Si eres de los que bebes agua templada con limón en ayunas, debes tomar algunas precauciones, como no lavarte los dientes inmediatamente o tomar un lácteo

Ayuda a mantener el peso, aclara la piel, reduce la retención de líquidos, combate infecciones… Son los supuestos poderes del agua de limón templada y en ayunas. Tiene tantos beneficios que parece un bebedizo mágico. Y para acreditar sus virtudes supermodelos como Nieves Álvarez o actrices como Eva Mendes afirman haberlo incluido como uno de sus rituales de belleza imprescindibles.

En realidad, no son presa de ninguna moda reciente. Ingerir agua templada con limón recién levantados es un hábito clásico de la medicina china y ayurvédica. De ahí que secularmente sus beneficios se hayan transmitido sin que se cuestionen. Más aún en esta Edad de oro en la búsqueda de la eterna juventud. La pregunta es si ofrece lo que promete. En lo que respecta a la salud dental: no.

Agua con limón y problemas dentales: la extraña pareja

Aunque se lee con frecuencia que el agua de limón o incluso el zumo puede ayudar, por ejemplo, en las úlceras bucales, la relación entre el ácido de este cítrico y nuestra boca no es buena. "No existe ningún problema dentario que se solucione con agua con limón en ayunas, sino todo lo contrario. Los odontólogos nos encontramos en muchas ocasiones con pacientes con problemas orales ocasionados por la presencia de ácido de forma prolongada en la boca. Estos problemas pueden ser en los tejidos blandos de la mucosa oral, produciéndose úlceras y erosiones, o en los tejidos duros, asociándose a desgastes dentarios y otras erosiones", explica Carmen Martín Carreras-Presas, profesora de Patología Médica Bucofacial y directora del Máster en Estética Dental en la Universidad Europea.

Según esta experta, el ácido del limón se añadiría a otros ácidos presentes en la cavidad bucal, provocando un desequilibrio. "La presencia de ácido puede deberse a motivos extrínsecos como la dieta, toma de medicación, agua clorada en las piscinas, o el abuso de drogas como la cocaína. A nivel intrínseco, podemos encontrar la presencia de ácido en la cavidad oral debido a trastornos alimenticios como la bulimia, reflujo, o en ocasiones causados por los vómitos que se pueden producir durante el embarazo, síndromes de malabsorción o alteraciones en la secreción salival por el consumo de medicación o el abuso de alcohol", afirma.

Ácido cítrico y ácidos de la cavidad bucal: malas noticias para nuestra salud

La combinación de ambos tipos de ácidos puede dar origen a una situación patológica. "El pH fisiológico de la cavidad oral debe ser cercano a 7. Si consumimos bebidas ácidas, como zumos de limón, pomelo, o bebidas carbonatadas, el pH baja, volviéndose ácido. Los tejidos dentales son muy sensibles a esos cambios de pH, comenzando a reblandecerse el esmalte cuando el pH alcanza cifras cercanas a 5", afirma esta odontóloga.

La situación puede empeorar en determinadas circunstancias, según la experta: "si combinamos, además, la presencia de ese ácido con un hábito de apretamiento dentario como el bruxismo obtenemos como consecuencia el desgaste dentario, la presencia de erosiones en los dientes que se asocian a hipersensibilidad dentaria, y en casos severos a una pérdida funcional, lo que requiere la restauración de la superficie de diente perdida".

Precauciones si lo consumimos habitualmente

Si tomar agua con limón en ayunas ya es un hábito que tienes integrado, hay algunas precauciones que deberías adoptar. "En general, deberíamos asegurarnos de que ese pH tan ácido se mantiene el menor tiempo posible en nuestro medio oral. No debemos cepillarnos los dientes inmediatamente ingerida la bebida ácida para no dañar el esmalte. Se aconseja neutralizar ese ácido con alguna bebida o enjuague que limite la presencia del ácido en la boca", asegura la odontóloga.

¿Cuáles serían los alimentos más apropiados para neutralizar la acción del ácido? "Algunos autores recomiendan tomar un vaso de leche, queso o enjugarse con agua con bicarbonato después de tomar alguna de esas bebidas, lo que produciría un efecto tampón, basificando el pH. También el uso de chicles con xilitol se ha descrito como estrategia para restablecer el equilibrio del pH oral", afirma. Entre otras medidas preventivas, también se recomienda beber con paja para minimizar el contacto del ácido con la superficie dentaria.

¿Y los supuestos beneficios?

Si beber zumo de limón puede estar contraindicado para la salud bucal y dental, ¿por qué es una hábito utilizado desde hace miles de años en las medicinas más antiguas? El limón tiene también efectos positivos. Estos son los más importantes:

  • Diurético que ayuda a depurar el organismo. Es un tónico general que estimula la actividad de los órganos digestivos. Pero su ingesta de manera habitual está contraindicada en pacientes de insuficiencia renal, en niños, personas mayores, mujeres lactantes o embarazadas.
  • Antihistamínico natural. Gracias a sus flavonoides y ácidos orgánicos, protege de las úlceras y potencia la formación de colágeno.
  • Rico en vitamina C. El zumo de limón integral, que incluye tanto la pulpa como la corteza, es bueno contra los procesos gripales y catarrales.
  • Metabolismo de grasas. Deshace las cadenas lipídicas y ayuda a hacer mejores digestiones y elimina la sensación de pesadez, inflamación y gases, pero su zumo debe consumirse recién exprimido para no generar efectos adversos.

En cualquier caso, como todo alimento, incluidos los más sanos, no es recomendable para todo el mundo ni en todas las épocas del año. Basta un ejemplo: el zumo de limón es astringente y sirve para reponer líquidos. Es ideal en verano porque cuando sudamos perdemos sales y líquidos orgánicos necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Pero en invierno esa misma capacidad refrescante incrementará la sensación de frío.