Rutina y dieta: el secreto del actor Rob Lowe para mantenerse en plena forma después de los 50

La madurez es una etapa de plenitud, pero también un momento de la vida en el que mantenerse en forma y con el cuerpo perfecto es más complicado. Ejercicio físico y una alimentación saludable es clave para mantenerse sano y prevenir esas patologías tan temidas que son comunes a partir de cierta edad. Si esto preocupa a los mortales de a pie, no queremos imaginarnos a los más famosos. Y ahí está el actor Rob Lowe para demostrarlo, con una dieta y una tabla de ejercicios de lo más estricta que te avisamos que no es apta para cualquiera. Eso sí, parece ser que ha sido su fórmula secreta para llegar hasta los 56 años sin aparentarlos.

Allá por 1983 comenzó a ser conocido tras aparecer en la película ‘Rebeldes’, apareciendo en decenas de largometrajes posteriormente. Aún así, sus papeles más destacados han estado en la pequeña pantalla, en especial en la serie ‘El ala oeste de la Casa Blanca’ por la que estuvo nominado a un premio Emmy. Tras esta serie, ha aparecido en otras como ‘Brothers & Sisters’, ‘The Grinder’ o en la aclamada comedia ‘Parks and Recreation’, aunque uno de sus últimos trabajos es ‘Holiday in the Wild’, de Netflix y la serie '911: Lone Star', donde da vida a un bombero.

Entrenamiento total para todo el cuerpo

Solo con el repaso a estos pocos títulos de su carrera, Lowe no ha parado, pero siempre ha tenido tiempo para mantenerse en forma y aparentar mucha menos edad de la que realmente tiene. Eso sí, también hay que tener en cuenta que el actor es un amante de prácticamente cualquier deporte, desde el golf hasta el surf, así que tiene fácil mantenerse activo en cualquier momento. Ahora, tras conceder una entrevista a Men’s Health, conocemos un poco más de su rutina y cómo es su entrenamiento, donde reconoce que a mediados de los 80 tuvo que ir al gimnasio por primera vez en su vida para preparar su papel en ‘Youngblood’ y no fue precisamente su mejor experiencia, más bien reconoce que lo odiaba.

Su entrenamiento actual no dura mucho, comenta que con 35 o 55 minutos tiene suficiente, aunque como a toda la población mundial, el confinamiento le ha cambiado un poco la rutina, ya que ha intentado hacer en casa todo tipo de ejercicios y también sus trabajos de estiramientos y movilidad. Eso sí, el actor no trabaja cada día una parte del cuerpo, el lo pone a funcionar por completo. Según explica a la revista, uno de sus entrenamientos de solo 40 minutos incluye un calentamiento con tablas y bisagras, para luego hacer peso muerto, sentadillas con elevación, flexiones, zancadas y unos minutos de saltos y abdominales para completar el entrenamiento.

Una dieta estricta

Normal que el actor esté en completa forma a sus 56 años. Pero claro, no todo es ejercicio, a ello le acompaña una dieta estricta que sigue desde hace más de 20 años: la dieta Atkins. Este tipo de alimentación limita los hidratos de carbono para darle más protagonismo a la ingesta de proteínas y grasas, que para Lowe, como comenta, le viene fenomenal para mantenerse activo y con energía.

No cabe duda de que es una dieta arriesgada que, en este caso parece que durante las últimas décadas le ha funcionado al actor, aunque claro está que la supervisión médica es imprescindible para ello, ya que la alimentación dice mucho de nosotros y de nuestra salud. Además, hay que sumarle que para mantener ese estilo de vida saludable, el alcohol tampoco está presente en su vida. Lo que es incuestionable es que a Lowe la combinación de un entrenamiento prácticamente diario y esa dieta estricta le ha funcionado a la perfección, así que fuerza de voluntad tiene para rato.

Muchas veces no sabemos como es posible que los famosos se encuentren en tan buena forma. Pues si todos siguen ejemplos como el de Rob Lowe, está claro que a base de sacrificios gastronómicos y físicos, con entrenamientos duros y dietas muy marcadas para mantenerse jóvenes y en forma. A él, y seguro que a otros muchos, le ha funcionado, lo que no sabemos es si el resto de mortales tendrán esa fuerza de voluntad para no permitirse un día de descanso o un capricho al paladar.