La industria del cine a veces es despiada con sus actores. Andrew Garfield fue rechazado como príncipe Caspian en 'Las crónicas de Narnia' por no ser lo suficientemente guapo. A Priyanka Chopra tampoco se lo pusieron fácil en sus inicios por no ser suficientemente blanca. A Henry Cavil, candidato a James Bond, por no ser suficientemente delgado, y a Reese Witherspoon por no ser suficientemente alta. Paradójicamente, Tiffani Thiessen quedó fuera de 'Friends' por no ser suficientemente mayor.
Lo habitual es que a ese "suficientemente", que de forma tan implacable alegan los productores de cine, se añada la cuestión de la edad. La sequía de papeles a medida que los actores cumplen años es alarmante, sobre todo para la mujer. En general, al hombre se le permite envejecer sin necesidad de dejar de ser un galán.
Faye Dunaway, una de las grandes leyendas de Hollywood -y también una de las compañeras de rodaje más complicadas-, protestó hace 15 años porque, a sus 67, el cine la consideró demasiado mayor para suscitar el interés amoroso de tipos como Jack Nicholson o Clint Eastwood. "¿Por qué tengo que interpretar a hermanas y madres mientras ellos, que son más mayores que yo, tienen amantes en pantalla a las que doblan la edad?"
Hasta Olivia Wilde fue descartada, con 29 años, para ser la amante de Leonardo Di Caprio, nueve años mayor, en 'El lobo de Wall Street', por no ser suficientemente joven. Llamativa fue también la interpretación de Angelina Jolie como madre de Colin Farrell, en 'Alejandro', cuando solo se llevan un año.
Son cosas que enfurecen a las estrellas de Hollywood. Hartas de frases como "eres demasiado mayor para el papel" o de ver cómo a James Bond se le permite envejecer elegantemente, mujeres como Nicole Kidman, Susan Sarandon o Jessica Lange unen periódicamente para denunciar el ageism de Hollywood en diferentes foros.
"Si eres viejo y gordo, Hollywood no te quiere. Quieren lo que da dinero", protesta Sarandon. La actriz protagonizó hace 32 años, junto a Geena Davis, 'Thelma y Louise', una película de Ridley Scott que se convirtió en icono feminista y símbolo de la fuerza de la mujer. De poco le sirvió y su mirada se ha vuelto muy crítica.
También su compañera de reparto ha contado que se la arrinconó al cumplir 40. En su autobiografía 'Dying of Politeness (Morir de buena educación)' ha descrito cómo Sarandon fue la persona que la despertó de su corrección. "Ver cómo se movía por el mundo, cómo daba su opinión sin pedir permiso o disculparse, fue una gran lección". En 2004 fundó el Geena Davis Institute on Gender in Media, una organización que muestra con investigaciones estadísticas y datos concretos el sesgo que afecta a la industria del entretenimiento y los medios de comunicación. "Solo el 20% de los personajes de las películas tiene más de 50 años, de los cuales solo el 5% son mujeres", ha declarado.
Helen Mirren califica esta discriminación, que afecta principalmente a las mujeres, de "epidemia indignante y ridícula". Maggie Gyllenhaal y Jamie Denbo se han desahogado en sus redes sociales. También Andie McDowell: "Llegas a una edad en la que ya no puedes ser esa muñequita perfecta e inocente", se queja. ¿Por qué hemos dejado de ver en pantalla a Jodie Foster, Glenn Close, Kathleen Turner o Michelle Pfeiffer?
La edad castiga a veces a los hombres, pero suele ser solo evidente en el cine de superhéroes, un género que continúa generando imágenes muy estereotípicas. La mayoría de sus protagonistas no supera los 40. Chris Evans, Chris Hemsworth o Henry Cavill son un buen ejemplo. Llamó la atención la incorporación de Salma Hayek al reparto de 'Eternals' (2021) como una superheroína más del universo Marvel. Su inesperado papel a los 55 años rompió la tiranía de la juventud tan presente en el cine de acción.
El edadismo es aún más embarazoso cuando se trata de mitos eróticos. Actrices como Sharon Stone, que protagonizó el cruce de piernas más sexual de la historia del cine en 'Instinto básico', o Kim Bassinger, con el striptease más imitado en 'Nueve semanas y media', han tenido complicado desprenderse de la etiqueta de sex symbol que les acompañó. A sus 65 años, la primera es un buen referente de la edad bien llevada y defiende que la auténtica belleza es la propia vida. Bassinger no ha vuelto a trabajar y solo se deja ver en redes sociales, casi siempre junto a su hija Ireland Baldwin.
En España, Lola Herrera se lamenta porque a sus 87 años le cuesta encontrar papeles interesantes. Después de varios años con 'Cinco horas con Mario', ha regresado al teatro con 'Adictos'. "No hay papeles para actrices mayores, sólo clásicos. Eso es lo único que me llega. Es como si la vejez no existiera para los que escriben", reprocha.
Hay excepciones que demuestran que la industria del cine también permite envejecer a sus leyendas. 'Último viaje a las Vegas' ha reunido a cuatro grandes figuras para reírse de la edad y revivir sus mejores años. Michael Douglas, Robert De Niro, Morgan Freeman y Kevin Kline. También tenemos a Jane Fonda, incombustible como actriz y como activista. Después de superar un cáncer-linfoma no Hodgkin, ha vuelto a la pantalla con 'Book Club: Ahora Italia', junto a Diane Keaton, Candice Bergen y Mary Steenburgen para emprender la gran aventura de sus vidas. Es una forma de asumir con excelente humor que la edad es imbatible.