Vergüenza, pereza, una falta de ahorros o incluso el propio temor al dentista: los motivos por los que muchas personas evitan acudir al dentista para ponerse ortodoncia pueden ser muy variados, pero disfrutar de una buena dentadura es vital para poder tener una buena salud bucodental.
Aunque hay muchos problemas bucodentales que pueden combatirse con una buena limpieza, como las caries o la periodontitis (una infección de las encías que puede llegar a destruir el hueso que sostiene los dientes), hay otras patologías que sí necesitan de una ortodoncia para poder solucionarse.
En concreto, la ortodoncia se utiliza para tratar los problemas de maloclusión y malposición dentaria, es decir, para combatir todos los problemas relacionados con la posición, forma y alineación de los dientes y con el contacto entre la mandíbula superior e inferior. Es el caos de los problemas de sobremordida, una maloclusión por la que los dientes de la mandíbula superior llegan a cubrir verticalmente a los de la mandíbula inferior, los problemas de apilamiento, una malposición derivada de una falta de espacio en la encía que hace que los dientes se apiñen, amontonen o giren, o los problemas de la línea media dental, que aparecen cuando la línea vertical entre los incisivos superiores e inferiores no coincide.
Generalmente, todas estas imperfecciones bucales tienen un componente genético, por lo que pueden heredarse, y aunque a primera vista puedan parecer pequeños defectos, a la larga pueden llegar a afectar gravemente a nuestra salud, ya que pueden degenerar y llegar a provocar otros problemas, como desgastes dentales, fracturas y astillamientos, caries, problemas periodontales, dolores al abrir la mandíbula o incluso migrañas, dolores de cabeza o contracturas.
Para combatir estos problemas, los expertos en salud bucodental recomiendan empezar los tratamientos con la mayor brevedad posible, incluso en los pacientes más jóvenes. De hecho, se recomienda que las primeras visitas al ortodoncista se produzcan antes de los seis años, ya que así se podrán identificar los posibles problemas dentales cuando aún no han nacido los dientes definitivos.
A pesar de que lo recomendable es acudir al ortodoncista con corta edad y comenzar los tratamientos cuanto antes, no existe ningún inconveniente en ponerse ortodoncia una vez alcanzada la barrera de los 50. Y de hecho, son muchas las personas que, ya entradas en la edad adulta, deciden pasar por estos especialistas para ponerse una ortodoncia y solucionar esos problemas dentales que llevaban tiempo arrastrando.
La ortodoncia en adultos, pese a que a primera vista pueda no parecer útil, es igual de efectiva que en los adolescentes, aunque en estos casos el tratamiento puede ser más complejo porque estos pacientes pueden carecer de algún diente o sufrir problemas periodontales.
Además de la ortodoncia, para tener una buena salud bucodental es imprescindible mantener una buena limpieza. El cuidado bucodental no es una cuestión estética, sino de salud. Tener unos dientes limpios y bien alineados no solo nos ayudará a tener una mejor sonrisa, sino también a prevenir todo tipo de enfermedades. Por eso, debemos prestarle toda la atención que se merece.