La parte buena es que para 2050, el número de personas centenarias aumentará de 533.000 a más de tres millones, según datos de Naciones Unidas. La parte mala es que la velocidad con las que nos estamos cargando el planeta es directamente proporcional a ese incremento en la esperanza de vida... humana. Pero ese es otro tema. Hoy vamos a hablar de Miriam Todd, natural de Nueva Jersey, que acaba de cumplir un siglo de vida y, mientras tú te quejas de las 40 horas semanales, sigue acudiendo a trabajar no cinco, sino seis días a la semana.
Trabajar hasta los 100 años ¿aspiración o pesadilla? Depende. Una investigación llevada a cabo por la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard concluyó que el optimismo está directamente asociado con una vida más larga y especialmente con vivir más de 90 años en mujeres de todos los grupos raciales y étnicos. La pregunta que debíamos hacernos es, en todo caso, ¿nuestro trabajo favorece nuestra sensación de optimismo? Si es así, adelante, como Miriam Todd, cuya percepción de su trabajo está llena de optimismo: “No puedo decir que estoy trabajando cuando disfruto lo que hago, así que me siento culpable si digo que estoy trabajando. No es para todos, pero a mí me funciona bien”, aseguró a Today.com.
Según dicho informativo, el trabajo de Todd "implica llevar la contabilidad, ayudar a los clientes y asegurarse de que todo funcione sin problemas en el negocio de Stratford, Nueva Jersey, que sus padres fundaron en 1929", es decir, cuando la hoy centenaria tenía apenas cinco años. "Mi madre era igual -asegura Miriam-. De hecho, murió aquí en la oficina, sentada haciendo su trabajo. Tenía más de 80 años y murió sentada en su escritorio. Así que me dije: si esa es la voluntad de Dios para mi vida, que así sea”.
Voluntad de dios o voluntad, propia, la idea de morir en tu puesto de trabajo no es precisamente halagüeña, pero sí lo es ser capaz de ver incluso eso de una manera positiva. Por ejemplo: Todd, que conduce, hace las compras y cocina, asegura que su marido vivió una vida feliz como jubilado desde los 60, pero que ella no lo habría disfrutado.
Por lo demás, según asegura su tataranieta, Christy Todd-Hoffman, sus hábitos son los 'sospechosos habituales' cuando se hablamos de longevidad: la actividad física y la dieta. Todd casi no bebe alcohol, no come alimentos fritos o procesados y "su plato es siempre multicolor: es muy consciente de la cantidad de frutas y verduras que come".
Miriam es también muy fan del chocolate negro, y muchos de los alimentos que consume los cultiva en su pequeño huerto, donde cultiva tomates, pimientos, pepinos y calabacines. Además de trabajar y trabajar en su huerto, a Miriam le gusta también nadar y mientras está en la oficina sube y baja escaleras como la mejor.
Un detalle adicional: está bastante en contra del consumismo, de hecho, si tuviera que dar un consejo a los más jóvenes es 'ahorrar antes que gastar'. Y odia las tarjetas de crédito que, de hecho no tiene. 100 años de vivir en el capitalismo avalan sus consejos.