La vida nunca deja de sorprendernos. ¿Te imaginas a una monja de 67 años practicando artes marciales? No, ¿verdad? Pues es una realidad, al menos la de Linda Sim. Hace 43 años que se consagró a Dios, pero su otra gran pasión siempre ha sido el taekwondo. Ahora, se ha convertido en campeona mundial. "Siempre he sido de complexión pequeña (mide 1'49). Si puedo correr y patear, no tengo que llevar ningún arma para defenderme", explicó en una entrevista a un medio de Singapur.
Realmente la hermana practica la disciplina Poomsae, una secuencia de movimientos de taekwondo que es como un baile y no se golpea a nadie, no hay un adversario al que batir, es imaginario, así que no hay ningún tipo de violencia. "El taekwondo me permite llegar a la gente en un idioma que no es la iglesia", ha explicado.
Fue en abril de este año cuando se convirtió en la ganadora de la medalla de oro en el Campeonato Mundial de Taekwondo Poomsae que se celebró en Corea del Sur en la categoría de mayores de 65 años. "Me sentí en la cima del mundo, ya que he alcanzado un hito importante en mi trayectoria de taekwondo. Es la primera vez que Singapur gana una medalla de oro y también una gran gratitud hacia Dios", contaba en la entrevista.
La Federación de Taekwondo de Singapur ha mostrado un gran orgullo. "Es un brillante ejemplo para nuestros jóvenes de corazón singapurenses de que el deporte es para todos", comentó David Koh, el presidente de la Federación de Taekwondo de Singapur, al que no le pasó desapercibido el logro de Linda.
Aunque siempre ha sido una apasionada del taekwondo, no fue hasta hace 15 años cuando se entregó por completo a esta disciplina. "Después de ver competir a mujeres mayores, pensé que quería entrenar para representar a Singapur porque estoy muy orgullosa de ser singapurense", contó, explicando que compagina su labor como misionera con las competiciones.
¿Problemas a su edad? Sí que admite que tiene dolores, pero "la edad no es un problema para mí", dice. "La hermana Linda es un muy buen modelo a seguir para los niños pequeños. Podemos ver su pasión y compromiso con el taekwondo y todo el trabajo que hace como monja católica", dijo una de las hermanas compañeras de Linda.