Rafa Nadal es el mejor deportista español de la historia. Le avalan sus 22 trofeos de Grand Slam o sus más de 90 títulos ATP. Pero más allá de la evidencia de los números que le han convertido en una leyenda del tenis, Nadal es un ejemplo a seguir por representar una serie de valores (constancia, esfuerzo, superación, pasión, coherencia, espíritu de equipo) que si los aplicáramos a nuestro día a día nos permitirían alcanzar la excelencia tanto en el terreno de lo personal como en el profesional.
Aprender de Nadal para saber cómo sacar lo mejor de nosotros mismos es el objetivo que se han marcado Juan Carlos Cubeiro, experto internacional en liderazgo, y Leonor Gallardo, catedrática en Gestión Deportiva, en 'Nadalízate' (Alienta Editorial), un manual en el que recopilan de manera sencilla y clara las rutinas de entrenamiento mental del campeón de Manacor. No nos van a enseñar cómo conquistar Wimbledon o Roland Garros, pero sí nos pueden ayudar a poner en práctica sus enseñanzas para aprovechar al máximo nuestro potencial y conseguir nuestros objetivos. Hablamos con los autores sobre cómo 'nadalizarnos' y sacar partido a todos nuestros recursos.
¿Qué significa 'nadalizarse'?
'Nadalizarse' significa asumir como propios los comportamientos que han llevado al éxito a Rafa Nadal. El París-Match se ha hecho de esta expresión (en castellano) como superar situaciones adversas, no rendirse nunca, poner toda la carne en el asador y generar admiración no sólo por los logros alcanzados, sino por cómo se consiguen.
¿Hay algo de Rafa Nadal en cada uno de nosotros?
Por supuesto que hay algo, si no mucho, de Rafa Nadal en cada uno de nosotros. Tenemos que saber qué es, analizarlo y medirlo (por eso el libro incluye un test para saber nuestro “coeficiente de nadalización”) y aumentarlo con entrenamiento.
¿Cómo trasladamos el ‘¡vamos!’ que Nadal se dice a sí mismo en la pista a nuestra vida diaria?
En la mayor parte de las personas pesa el triple lo negativo que lo positivo, y de ahí el desánimo, el victimismo, el bajo compromiso, los pobres resultados. Rafa Nadal se ha entrenado, se autoinspira, para precisamente lo contrario: concede el triple de valor a lo positivo (ese “¡vamos Rafa!”) que a los puntos perdidos. Su éxito no es fruto de la casualidad sino de las fortaleza mental. Todos debemos aprender a hacerlo igual.
La autoexigencia es uno de los pilares sobre los que Nadal ha levantado su carrera. ¿Qué podemos ‘entrenar’ si nos falta la fuerza mental necesaria para exigirnos constantemente?
La fortaleza mental no es genética, no es innata. Se cultiva desde una semilla, que es la predisposición, las ganas, y con muchas horas de emntremiento. En el deporte como en todo en la vida, con ganas ganas-La mente es un músculo que debe fortalecerse como cualquier otro; primero hemos de ganar en la mente para luego ganar en la tierra batida.
Tres claves para aprender de los errores, como hace Nadal
Primero, diferenciar claramente un error de un fracaso. Del error se aprende: es una fuente de aprendizaje. El fracaso te hunde; te debilita hasta tal punto que no das tu mejor versión. Segundo, aprender es ser consciente para ser más competente. Debemos asumir los errores sin tapujos, con humildad. Y tercero, no hay llaneros solitarios, ni siquiera en un deporte individual como el tenis. Necesitas hacer equipo, con un buen entrenador, médico, fisio, director de comunicación, etc.
¿En la vida gana quien tiene más ganas?
En la vida gana quien tiene más talento, que es una combinación de fatores: es aptitud (preparación, experiencia), actitud (la postura ante la vida), compromiso (las ganas, la energía que le pones a lo que haces). Y todo cuenta, porque además el talento es dinámico: si no lo aprecias, lo haces crecer, lo estás depreciando.
En el libro defendéis la conveniencia de crear vínculos familiares y de amistad. ¿Por qué esto es importante?
En el libro defendemos lo importante que es hacer equipo y la estabilidad emocional. Y lo hacemos desde la ciencia, no desde las ocurrencias. Este no es un libro de autoayuda, sino de un perfil de talento, el de Rafa Nadal, y cómo podemos mejorar acercándonos en nuestros hábitos a ese perfil. El más importante estudio de la Felicidad, que es el que lleva realizando la Universidad de Harvard desde hace 85 años, demuestra sin paliativos que tener amigos, la confianza con ellos, aporta satisfacción, bienestar y felicidad. En una sociedad que sufre de epidemia de soledad, en la que se ensalza al “llanero solitario”, tenemos que aplicar la importancia de los buenos amigos y de hacer equipo.
¿Cómo podemos apartar de nuestra mente los pensamientos negativos del tipo ‘no voy a ser capaz’ o ‘no voy a poder hacerlo’?
En nuestra mente sólo hay una idea cada vez. De nosotros depende que sea positiva o negativa. No podemos “acallar la mente”, como a veces se pretende desde la relajación o el mindfulness. Tenemos que sustituir los pensamientos negativos que nos asaltan por los sanamente positivos, como la gratitud, el reconocimiento, la aceptación… por defender la alegría. Menos quejarnos y más disfrutar.
Adaptarse al entorno y evolucionar en el juego es algo que ha definido la carrera de Nadal. ¿Qué consejos podéis darnos para aplicarnos esa regla a nosotros mismos?
Nadal ha entrenado para aprovechar su pasión desde la perseverancia y para hacer equipo, pero también para ser muy imaginativo desde la curiosidad. Nunca juega de la misma manera; lo hace en función del rival, detectando su talón de Aquiles. Por eso nunca hay que darle por derrotado, porque una vez que detecta la clave, no hay quien pueda con él. Esa adaptación la podemos -la debemos- aprender tofo: claridad de ideas, de valores, de un propósito en la vida, y humildad para ir esforzándonos en función de las circunstancias. ¡Qué fácil de decir y qué difícil que hacer! Pero no nos queda otra para conseguir lo que parecía imposible. Rafa Nadal es el Quijote de nuestro tiempo, y sabemos por qué.
¿Es cierto que el palo y la zanahoria no funcionan para motivar?
El palo y la zanahoria no funcionan en absoluto. Nadie motiva a nadie. A Rafa no le motivan, ni con premios ni con amenazas. Se motiva el solito. Lo hace (motivarse, movilizarse, emocionarse que es lo mismo) desde algo que le encanta, jugar al tenis y ganar (consejo: ama lo que haces), desde la libertad y sacando fuerzas de flaqueza a pesar de las lesiones. Admirable… y aprendible.
Tres claves para conseguir tener la actitud correcta en la vida
La actitud es cuestión de inteligencia emocional, como demuestra Rafa: sana confianza en sí mismo, serenidad en la cancha y en la vida, espíritu de superación, empatía con el rival, que no es un enemigo (incluso puede ser un gran amigo, como Roger Federer) e influencia en los demás.
Además, la actitud correcta necesita un lenguaje apropiado, equilibrado: positivo sin ser complaciente, optimista sin ser ingenuo, asertivo sin ser sumiso ni agresivo. Y finalmente, el cuerpo comunica mucho y te comunica mucho. Rafa sale al campo con ilusión y se nota. Sale al césped con imagen de ganador, de que se va esforzar a tope. Una expectativa que se suele cumplir y que debemos imitar.