En pleno abril muchos ya piensan que es el momento de ponerse serios con el gimnasio y amortizar de una vez esa cuota mensual para llegar al verano en forma para lucir músculo y una buena figura en la playa o en la piscina. Pero no solo es importante controlar nuestra dieta y elegir bien los ejercicios en base a nuestros objetivos, también lo es la hora a la que entrenamos, porque dependiendo del momento del día, va a afectar de una forma u otra a nuestro organismo o a la pérdida de grasa.
Así lo ha señalado un equipo de investigadores de la Universidad de Copenhague en Dinamarca y del Karolinska Institutet en Suecia al estudiar la actividad de los ratones, que fueron sometidos a sesiones de ejercicio de alta intensidad en dos momentos del día, al final de la mañana y en la tarde-noche. Su objetivo era detectar cómo afecta el ejercicio físico en cada hora del día en la quema de grasas, investigando el efecto sobre el tejido adiposo de los roedores.
Al final, los ritmos circadianos tienen mucho que ver, detectando como la actividad temprana, sobre las 13:00 horas, un aumento del metabolismo frente al ejercicio a última hora del día, cuando el cuerpo sabe que llega la hora de descansar. En sus resultados encontraron que algunos ácidos grasos, producto de la descomposición de las grasas almacenadas, tenían concentraciones más altas en la sangre de los ratones que habían hecho ejercicio más temprano, aunque no durante la fase de descanso.
“Nuestros resultados sugieren que el ejercicio al final de la mañana podría ser más efectivo que el ejercicio al final de la noche en términos de impulsar el metabolismo y la quema de grasa, y si este es el caso, podría resultar valioso para las personas con sobrepeso”, señala Juleen R. Zierath, una de las coautoras de la investigación.
Además, la experta explica que los cambios se produjeron “cuando los niveles de hormonas inducidas por el ejercicio eran similares entre las fases, lo que significa que la sensibilidad de la grasa corporal a las hormonas inducidas por el ejercicio puede diferir según la hora del día en que se realiza la actividad física”.
No obstante, y como es evidente, ratones y humanos tienen diferencias obvias, por lo que es necesario seguir investigando sobre el tema hasta llegar a conclusiones más específicas. “El momento adecuado parece ser importante para el equilibrio energético del cuerpo y para mejorar los beneficios del ejercicio para la salud, pero se necesitan más estudios para sacar conclusiones fiables”, exponen.