Labi Champion o 40 años como ángel de la guarda de futbolistas en Ibiza: “Me dicen 'el conseguidor’, pero soy su amigo"
“El día que conocí a Camacho casi me da un botellazo de lo pesado que me puse y ahora somos como hermanos”
“Los hijos de jugadores que hace 15 años me pedían un helado ahora me piden entradas para las discotecas”
“Los paparazzi me preguntan por Messi y Cristiano aunque saben que jamás les digo dónde están”
Futbolistas en activo como Iniesta, Messi, Busquets, Sergio Ramos, Cristiano, Reina, Canales, Koke, Neymar, Jordi Alba, Parejo, Bartra, Rakitic, Nolito, Alberto Moreno, Juanfran, Asensio, Negredo, Bernat, Raphinha o Soldado. Futbolistas que se retiraron hace dos telediarios como Joaquín, que acaba de colgar las botas, Casillas, Puyol, Raúl, Villa, Dani García Lara, Lopo, Luque, José Mari, Arbeloa, Fernando Torres o Deco. Y futbolistas que ya hace tiempo que lo dejaron como Camacho, Del Bosque, Míchel, Gallego, Lopetegui, Hierro, Paco Jémez o Aganzo. Todos ellos tienen al menos dos cosas en común. La primera, que son historia de nuestro fútbol. La segunda, que forman parte de la gran familia del Labi Champion, el mayor referente cuando uno pone un pie en Ibiza.
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El Tito Labi, como a él le gusta que le llamen porque es como le conocen los hijos de los jugadores, comenzó su particular relación con el mundo del fútbol en la década de los 80 y desde entonces hasta hoy ha aconsejado, ayudado, guiado o, simplemente, cuidado a docenas y docenas de jugadores que han escogido la Isla Bonita como destino para sus vacaciones.
Todo empezó casi por casualidad. El propio Labi rememora su historia para Uppers: “Yo soy de Huércal Overa, un pueblo de Almería (del que es Hijo Predilecto), y soy el mayor de 12 hermanos. Me vine a vivir a Ibiza con sólo 13 años y me puse a descargar maletas en el aeropuerto para dar de comer a mis hermanos. Allí tuve la suerte de conocer a Camacho, en los 80. El día que lo conocí me puse muy pesado porque era el ídolo de mi padre. Casi me da un botellazo en la cabeza de la paliza que le di y ahora somos como hermanos. Es el hijo que nunca parió mi madre. Camacho venía con De Felipe, con Gallego, con Míchel, con Juanito… Fue una gran época y ahí comenzó todo”.
Hierro es fan de su tortilla de patata
Hace ya casi 40 años de aquello, tiempo más que suficiente para que muchos de esos jugadores se hayan convertido casi en su propia familia. “Camacho es mi hermano, me ha abierto todas las puertas del mundo. Es un amigo que sé que no me va a fallar nunca. Ni yo a él, claro. Hierro, cuando viene a la isla, se queda a dormir en mi casa, al Rincón del Labi (los jugadores la llaman El Donostiarra de Ibiza para ‘picarle’ porque la tiene llena de fotos suyas con famosos), porque dice que es mejor que cualquier hotel y que no cambia mi tortilla de patata por una langosta… También está Joaquín, que quería que fuera uno de los entrenadores el día de su homenaje pero al final no se pudo, Jordi Alba, Reina, Soldado, Villa…”.
Algunos conocen a Labi como el ‘conseguidor’ de los famosos, pero él huye de eso. “Me dicen ‘el conseguidor’ pero yo lo que soy es su amigo. Ojalá los jugadores me pidieran casas y barcos porque ahora estaría viendo el mar desde mi casa pero estoy viendo camiones pasar. Ellos son mis amigos y aquí, que no hay sitio que se me resista, me piden favores como reservas en los restaurantes, entradas para las discotecas y cosas así”.
Un pediatra a las 3.00 de la madrugada
Algunas de las situaciones en las que puede ayudar el Labi son tan mundanas como esas, pero otras no tanto: “El año pasado un niño de un jugador se puso muy malito a las 3.00 de la madrugada y diez minutos después tenía un pediatra en su casa. Ese tipo de cosas las hago por los míos, por ellos mato”, nos explica.
Su fama en la isla le persigue y, de hecho, le ha generado más de un problema, ya que hay más de uno y de dos que se han querido aprovechar de él. “Ahora hay mucha gente que va a la puerta de las discotecas diciendo que son amigos míos y eso no puede ser. Por eso ahora tengo unas listas bloqueadas para los míos y para nadie más. Si no estás en la lista del Labi, al cine”, comenta con cierta indignación para apuntar además que no sólo los desconocidos le han generado dolores de cabeza: “Me he llevado cientos de decepciones con jugadores, pero nunca daré sus nombres por respeto. Me han hecho daño, pero prefiero no pensarlo”.
Labi se ha codeado durante décadas con los mejores futbolistas del mundo, pero él sigue siendo el mismo. “Estar al lado de los mejores como Messi, Cristiano, Casillas, Villa… es muy bonito. Pero te tienen que querer mucho para que sigan contigo un año y otro y otro. A la gente le entra la envidia y te ponen a parir por celos. Es mi Copa de Europa diaria. Ojalá tuviera 15 áticos y me tuvieran envidia por algo. Yo sólo tengo un piso pequeño, un coche pequeño y muchos amigos. Podría ser millonario y soy pobre, pero soy muy feliz porque he sido fiel y por los míos, muero”.
Su pequeña gran familia de jugadores ha ido multiplicándose con el paso de los años porque también ha generado un gran vínculo con sus mujeres y sus hijos: “Para mí no hay ilusión más grande que oír a los hijos de los jugadores llamarme Tito Labi. Los de Villa, los de Joaquín, los de Soldado… Algunos tienen ya 20 años y me emociono pensando que los que ahora me piden entradas para las discotecas son los mismos que me pedían un helado hace 15 años”.
Los futbolistas y las fotos
Obviamente, no tiene una mala palabra sobre ‘sus’ jugadores. “Son todos unos fenómenos. He visto a Villa levantarse de una hamaca 80 veces en una mañana para hacerse fotos con gente. O a Reina, que a veces se me queja, pero cuando vemos las caras de los niños entendemos que su felicidad no tiene precio”.
El cariño es recíproco, ya que no hay jugador al que le preguntes por el Labi y te ponga mala cara. Como muestra un botón, ya que todos los años organiza un evento en la isla para que los niños disfruten con sus ídolos y nunca le han fallado. Alguno, de hecho, ha tenido que cambiar de planes por un despiste. “Un año Joaquín no se acordó de venir a la fiesta, le llamé y estaba en Formentera, así que le mandé una lancha a buscarlo y se vino sin dudarlo dejando a su familia allí. Cuando llegó se encargó de dejar claro que ninguno de mis jugadores cobran un solo euro por ir al evento y que lo hacen por ver felices a los niños y porque yo se lo pido”, recuerda el propio Labi.
Galliani, una grata sorpresa
Durante estas cuatro décadas son incontables los futbolistas que han pasado sus vacaciones cerca de Labi, pero ninguna llamada le sorprendió tanto como la de Adriano Galliani: “Si me vieras hablando en italiano con él… Siempre me dice que me vaya a Milán con él. Desde que hablamos el primer día nos hicimos íntimos”.
Por supuesto, también ha habido tiempo para ofrecimientos y oportunidades para cambiar de aires y explotar su talento en el trato con la gente. “Zoran Vekic, el Jorge Mendes de antes, me hizo una oferta para trabajar con él. Sólo tenía que ponerme traje y corbata para ir a ver a los jugadores a los clubes y saber qué tal estaban o si necesitaban algo. Era un chollo, pero le dije que no. Ahora somos más amigos que nunca. Igual me equivoqué pero soy feliz”.
Y no es de extrañar un ofrecimiento así, ya que la agenda del Labi es interminable. Él mismo lo reconoce: “Me llaman muchos jugadores y entrenadores para pedirme el teléfono de otros, pero nunca jamás lo doy sin pedir antes permiso. Mi agenda está muy solicitada. También me llaman los paparazzis de la isla para preguntarme por Messi, por Cristiano, por este o por el otro a pesar de que saben que yo nunca les voy a decir dónde están. Ni siquiera subo a Instagram las fotos que me hago con ellos en el mismo momento porque la gente se fija, nos localiza y se llenan los locales. El año pasado no lo pensamos y Jordi Alba se tuvo que hacer 200 fotos porque se llenó el sitio donde estábamos de niños por culpa de una foto”.
Relaciones públicas de Woody Allen
Más allá del mundo del fútbol el Labi también tiene grandes amigos. Rafa Nadal, Marc Márquez, Los Morancos, Carlos Herrera, Pepín Liria… Incluso Woody Allen ha estado bajo su paraguas, aunque este no fue en Ibiza. El Labi lo recuerda como si fuera ayer: “En 2010 vino Woody Allen a actuar en Bilbao, Madrid y Murcia y, a través de la hija de Camacho, me llamaron porque el jefe que organizaba el evento quería que yo fuera el relaciones públicas de Woody Allen mientras estuviera en Murcia. Yo aluciné, pero fui para allá. Cuando me reuní con el equipo de Allen me preguntaron cuántos idiomas hablaba y contesté que ninguno. El tipo no se lo creía pero confió y a los cinco minutos estábamos Woody Allen y yo de bromas y riendo sin parar”.
Tanto tiempo al lado de todos esos referentes le ha hecho madurar también e, incluso, se llegó a rumorear que ‘se retiraba’. Él aprovecha la charla con Uppers para explicar lo sucedido: “Quiero aclarar lo de que me voy a retirar. No me retiraré en la vida. Dejo lo de ‘las tres B’ porque hay muchos que me dicen que quieren venir a Ibiza al Bueno, Bonito y Barato, pero yo ya he hecho mucho el tonto en mi vida. De los amigos que tengo de corazón desde hace muchísimos años siempre estaré al lado, para lo que me necesiten. Pero ya está bien de ser el más tonto. Yo soy una persona muy humilde, pero tengo cinco carreras: la calle, el trabajo, el respeto, la educación y la elegancia. Entre la dignidad y el dinero siempre he escogido la dignidad”.
Ese espíritu es el que le ha llevado, tal y como él mismo narra, a no poder caminar tranquilo por las calles de Ibiza: “Creo que ya me hago yo más fotos con la gente en Ibiza que los propios jugadores. Para mí es un orgullo que me quieran tanto. A veces me agobian porque se piensan que soy Siri y me piden vídeos de jugadores, camisetas, cosas firmadas… De todo”, concluye un Labi que ya prepara con mimo la temporada ibicenca que está a punto de estrenar.