Caminar es uno de los mejores deportes que existen para mantener nuestro organismo. Algo que podemos implementar en nuestro día a día y, en vez de coger el coche para un trayecto corto, ir andando. El planeta y nuestra salud lo agradecerá, a no ser que sean las tres de la tarde de julio con 40º grados a la sombra, claro. Andar tiene muchos beneficios y no son pocos los que están obsesionados en dar una cantidad exacta de pasos al día. No obstante, hay que hacerlo con cierta ligereza, pero también con una buena postura.
La postura en nuestro día a día, también cuando caminamos, es esencial para nuestra salud muscular y ósea. Durante el verano no son pocos los que aprovechan su visita al campo o a la playa para disfrutar de paseos por la naturaleza o junto al mar, unos al fresco de primera hora de la mañana y otros que prefieren la última hora de la tarde tras un día de playa.
Los expertos de Harvard ya han dado en ocasiones diferentes trucos para que caminar repercuta en nuestra salud y, además, nos ayude a perder peso. Entre esos tips, aconsejan caminar cuesta arriba y hacerlo a un ritmo ligero, siempre adaptado a las circunstancias de cada uno. Pero sobre todo hay que cuidar la postura que tenemos al caminar y que repercutirá en nuestro día a día, en los dolores y en nuestra postura cuando, por ejemplo, estamos sentados. Y a veces no es fácil si hemos ido adquiriendo (malas) manías con el paso de los años.
Caminar bien puede eliminar dolores de espalda o cuello, así como favorecer la circulación sanguínea de todo nuestro cuerpo y ofrecernos una mayor sensación de bienestar.
Lo que marcan los expertos es caminar recto, como tu madre te dijo siempre, y para ello ayuda mantener la mirada fijada hacia el frente, permitiendo que todo el cuerpo se mantenga erguido. En cuanto a los hombros, intenta que no vayan hacia dentro, sino hacia atrás, sacando pecho a la vez que los brazos caen con naturalidad, sin olvidarte de activar ligeramente el abdomen.
Todo esto nos va a permitir tener una buena postura en nuestros paseos, pero recuerda fundar bien la planta del pie. Lo ideal es que lo primero que pise el suelo sea el talón y, ya después, seguir hasta la punta del pie. En cuanto a las caderas es esencial intentar que nunca roten hacia atrás.