Si el mundo del surf tiene un nombre propio es el de Kelly Slater. A sus 52 años ha ganado once veces el campeonato del mundo y ahora, solo cinco meses después de que le hayan operado la cadera, ya está encima de la tabla, aunque hace unos días reconocía que haciendo giros la cadera le dolió, pero tras trabajar en ello volvió a sentirse bien y ha participado en el último World Surf League surfeando una de las olas más peligrosas del mundo, la Banzai Pipeline. ¿Cómo puede seguir estando en forma para competir a los 52?
Que con más de 50 Slater siga compitiendo al máximo nivel frente a las nuevas generaciones viene de su dedicación al surf y a su rutina de entrenamiento y dieta para mantenerse encima de la tabla con los mejores. Un camino complicado en el que muchas veces ha estado cansado e incluso la salud mental le ha jugado alguna mala pasada, pero ha sabido seguir adelante.
Fue a principios de los 90 cuando se profesionalizó en el surf, en 1992 se clasificó en el puesto 43 de los 44 mejores surfistas del mundo y solo un año después ganó el mundial. Pero su gran salto a la fama fue tras participar en un par de episodios de ‘Los vigilantes de la playa’.
“Me emociono mucho cuando algunos de los chicos más jóvenes se acercan a mí y me piden consejo, porque siento que hay un cierto nivel de respeto que están dando a sus mayores”, expresó hace dos años en una entrevista con GQ sobre el orgullo que es para él seguir siendo un referente para los jóvenes que se adentran en la pasión por las olas.
A lo largo de las más de tres décadas que lleva dedicándose al deporte en cuerpo y alma ha pasado por diferentes dietas. Cuando le dio por el jujitsu se adaptó a su alimentación, a no mezclar proteínas y carbohidratos o a comer la fruta sola, una alimentación que considera que le ayudó a controlar tanto su dieta como su cuerpo.
No obstante, y tras probar diferentes dietas, se ha dado cuenta que cuanto más la basa en lo vegetariano, añadiendo un poco de pescado, es la que más le ha funcionado. No obstante, trabaja con un nutricionista para comprobar sus alergias e intolerancias y así construir su alimentación en base a eso.
El desayuno es clave para él, su favorito es “un batido saludable con fruta fresca, proteínas en polvo y algunos remedios”. No obstante, a veces empieza con agua tibia con limón a la que le añade jengibre para depurar, y ya luego sigue con la fruta.
En cuanto al entrenamiento, hace dos años revelaba a GQ que el cardio era una parte importante para mantenerse en forma, pero que debía dosificarlo porque tiene que repartir la energía durante todo el tiempo que está en el agua buscando la ola perfecta. También trabaja bastante sus piernas y su cuello, pero no tiene un entrenamiento concreto. No obstante, el entrenamiento de fuerza y el pilates e incluso el yoga están bastante presentes en su día a día.
Según han ido pasando los años también se ha puesto en manos de profesionales para tratar sus problemas, entre ellos su escoliosis en la espalda, que le ayudan a permanecer en plena forma a los 52 sobre la tabla de surf.