La imagen de Rafa Nadal y Roger Federer con las manos entrelazadas y las lágrimas a flor de piel en la despedida del suizo del tenis profesional fue una de las más bellas que ha legado el deporte en los últimos tiempos, una preciosa rúbrica entre dos grandes amigos que forjaron una de las mayores rivalidades de la historia. Ahora los dos jugadores vuelven a protagonizar otra estampa singular, esta vez lejos de las pistas de tenis, en las cumbres de los Dolomitas italianos a 3.000 metros de altura. Allí los ha retratado la prestigiosa fotógrafa Annie Leibovitz para la nueva campaña Core Values de Louis Vuitton, que tiene una larga tradición en la reunión de iconos del deporte.
Federer, apartado hace ya casi dos años del estrés que genera el día a día del circuito ATP, y Nadal, inmerso en la recta final de su adiós profesional, han compartido una aventura que poco tiene que ver con los espectaculares enfrentamientos que protagonizaron en decenas de torneos. En esta ocasión la naturaleza, la montaña, es el escenario. La fotografía muestra a los eternos rivales caminando a través de un terreno nevado con sus mochilas LV al hombro. Cada uno en su estilo. El suizo, con su clásica mochila Monogram Christopher, y el español con su versión del Monogram Eclipse. Pero, ¿cómo consigues que dos de los mejores deportistas de todos los tiempos coincidan en la cima de una montaña?
En realidad, unirlos para esta campaña de accesorios de viaje era más fácil de lo que parece, dada la extraordinaria relación que mantienen ambos. Según cuenta Federer a GQ, la idea ya le parecía atractiva de entrada: "Es un honor seguir los pasos deportivos de la campaña de Louis Vuitton que anteriormente hicieron Messi y Ronaldo, y Pelé, Maradona y Zidane". Pero si a ello se le añadía la oportunidad de volver a coincidir con el manacorense, la oferta se tornaba casi irrechazable. "Rafa comparte valores similares y respeto mutuo, y es un amigo y rival especial que ha jugado un papel clave en mi desarrollo como deportista profesional, competidor y persona", asegura.
Para Nadal, el sentimiento era similar. Trabajar con una de las marcas más emblemáticas del mundo era en sí mismo "una gran oportunidad y un honor", pero el hecho de hacerla con Federer lo convertía en la ocasión perfecta. "Siempre habíamos hablado en los últimos años de hacer cosas juntos y esta era la mejor oportunidad en este momento", afirma el manacorense, para quien la metáfora de la montaña no podía ser más oportuna.
Valía la pena, por tanto, desplazarse hasta los 3.000 metros de altura de la cordillera italiana, soportar las bajas temperaturas y una intensa ventisca para hacer la sesión de fotos con Leibovitz, ante cuyo objetivo han posado los principales personajes del cine, el arte, la ciencia o la cultura. "Estoy seguro de que Roger estará de acuerdo conmigo en que hay muchas montañas que hemos escalado juntos durante nuestras carreras y nuestros partidos", pronostica Nadal.
"Ha sido genial empezar siendo rivales y luego, al final de nuestras carreras, estar uno al lado del otro en esta campaña. Y donde estamos hoy aquí, creo que también lo encarna todo: estar en la cima de las montañas es algo significativo y especial para nosotros", coincide Federer. Para Louis Vuitton la elección de los dos tenistas también era obvia para una campaña como esta. "Se trata de una metáfora visual de sus respectivas trayectorias, marcadas por su amistad y su profundo respeto mutuo, superando sin cesar los obstáculos que encontraron en su camino. Juntos, estos atletas han vivido odiseas paralelas, pasando de ser jóvenes promesas a iconos globales cuyo impacto ha inspirado a un sinnúmero de personas y generaciones".