Al pensar en torneos de tenis probablemente uno de los que primero se vienen a la cabeza de cualquier persona es el Roland Garros que acaba de ganar por primera vez Carlos Alcaraz. El murciano ha levantado la Copa de los Mosqueteros, una hazaña complicada que le eleva (aún más) al Olimpo del tenis tras su triunfo en la tierra batida de Francia, pero que todavía no le pone al nivel de Rafa Nadal, el único tenista del mundo que realmente se ha llevado el Roland Garros a casa.
Los tenistas que ganan la final del Roland Garros realmente nunca se llevan la copa que le levantan a su casa. Tras la ceremonia se les entrega una réplica más pequeña que se fabrica cada año para que la copa original se quede en el despacho del presidente de la Federación Francesa de Tenis. Sin embargo, Rafa Nadal es la excepción y tiene en propiedad el trofeo de Roland Garros.
El de Mallorca es el tenista que más Roland Garros ha ganado, 14 en total, pero no fue hasta 2017 cuando tuvo el verdadero privilegio de llevarse el trofeo a casa tras ganar en la final al suizo Stan Wawrinka. Aquella fue su décima victoria del torneo parisino, un momento especial por el que la organización del Grand Slam decidió que no se le entregaría una réplica, sino una copia exacta de la Copa de los Mosqueteros.
En el momento fue una situación nunca antes vista, ya que era la primera vez en la historia que un tenista se quedaba realmente con el trofeo de Roland Garros. Además, el instante fue aún más emotivo al ser Toni Nadal, su tío y entonces entrenador, el que le entregó la copa a Rafa Nadal, que pudo disfrutar de un vídeo con sus mejores momentos en el torneo preparado por la organización.
Por el momento, está muy complicado que ningún tenista pueda igual el palmarés de Nadal en la capital francesa, Novak Djokovic, por ejemplo, lleva tres victorias en Roland Garros en su carrera. Pero quien sabe si la prometedora carrera de Alcaraz, que no ha hecho más que empezar, le tiene preparado más de un triunfo sobre la tierra batida de París que le llevará en un futuro a tener la verdadera Copa de los Mosqueteros en su poder, como Rafa.