Nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio. A pesar de que es recomendable que llevemos una vida activa desde la niñez, lo cierto es que cualquier persona sedentaria, independientemente de su edad, puede sacarle provecho al deporte. Es lo que se desprende de un estudio publicado en la revista Frontiers in Physiology, en el que se recoge que las personas que han llegado a la cincuentena sin practicar ningún tipo de ejercicio también pueden beneficiarse de las ventajas de llevar una vida activa y evitar una degeneración ósea y muscular prematura.
Iniciarse tardíamente en el mundo del deporte lleva consigo una serie de condiciones. Por mucho que intentemos camuflarlo, la edad es la edad, y el paso del tiempo hace que a los cincuenta nuestras capacidades no sean las mismas que a los veinte o veinticinco. En el gimnasio, es probable que no podamos llevar a cabo algunos de los ejercicios más populares entre los jóvenes, o que tengamos que entrenar con menos intensidad si no queremos acabar lesionados. Es normal, los años nos limitan y no estamos acostumbrados a darnos tanta tralla. Sin embargo, si creamos una rutina de ejercicios adaptada a nuestra edad, podremos acabar consiguiendo grandes resultados.
En los últimos años, una de las disciplinas deportivas que más popularidad ha ganado entre la población ha sido el Crossfit, un método de entrenamiento muy completo y versátil que puede adaptarse a cualquier tipo de persona. Creado por Greg Glassman, un entrenador norteamericano que en 1995 abrió el primer gimnasio dedicado a esta modalidad en Santa Cruz, California, esta disciplina se basa en realizar ejercicios constantemente variados centrados en movimientos funcionales y a gran intensidad.
Sus beneficios son muchos. Dado que combina entrenamientos de todas las capacidades, desde ejercicios de fuerza, velocidad y flexibilidad a ejercicios de resistencia muscular, cardiovascular y respiratoria, el Crossfit nos permite eliminar grasa, aumentar nuestra resistencia, fortalecer nuestra musculatura y mejorar nuestra psicomotricidad, además de ayudarnos a reducir nuestros niveles de estrés e incrementar nuestra capacidad de concentración, entre otros. Y lo mejor: puede practicarse incluso si nunca antes hemos hecho ejercicio.
No obstante, si queremos iniciarnos en el mundo del Crossfit y sacarle el máximo beneficio, es recomendable que sigamos una serie de indicaciones para no morir en el intento. Por mucho que pueda adaptarse a todos los niveles, esta disciplina no deja de ser de alta intensidad, así que anota: estos consejos te serán de ayuda.
Es el gran olvidado de nuestras rutinas de ejercicios e, irónicamente, una parte fundamental. Calentar correctamente es imprescindible si queremos rendir al máximo nivel y evitar posibles lesiones en cualquier tipo de deporte, pero en el caso del Crossfit cobra, si cabe, aún más importancia.
¿El motivo? La intensidad y la variedad de los ejercicios, que requieren que tengamos todo nuestro cuerpo preparado para hacer estos esfuerzos sin lesionarnos. Por ello, antes de empezar a entrenar, dedica unos minutos a calentar.
Por norma general, el Crossfit se realiza en grupos, lo que implica que, salvo excepciones, no suele haber entrenamientos personalizados para cada persona. Debido a esto, es probable que en nuestros inicios nos encontremos con ejercicios que superan con creces nuestras capacidades, pero no te sobreesfuerces.
En estos momentos, recuerda que acabas de empezar y que tu curva de aprendizaje aún tiene mucho recorrido, así que tranquilo, no te frustres, y ve aumentando el ritmo progresivamente y con cabeza. Con el paso del tiempo, podrás completar esos entrenamientos que al principio parecían imposibles.
Para evitar lesiones y poder sacarle el máximo rendimiento a tus entrenamientos, es importante que sepas y apliques bien la técnica. De nada sirve hacer muchos ejercicios si los hacemos mal, así que no lo intentes. En el Crossfit, como en la vida, suele ser mejor hacer poco y bien que mucho y mal, así que no intentes ir más rápido solo por completar más series, porque es una invitación directa para acabar lesionado y, más aún, con todo tus progresos en la basura.
Un box es la instalación donde se practica el Crossfit, así que, a la hora de iniciarnos en este deporte, es importante que elijamos uno que se ajuste bien a lo que necesitamos.
Si bien es cierto que cuando elegimos un gimnasio solemos decantarnos por uno que esté cerca de nuestra casa y a un precio asequible, en el Crossfit conviene que prioricemos, siempre que sea posible, aquellos espacios en los que puedas entrenar con grupos pequeños. El motivo es sencillo: si bien las clases no van a ser personalizadas, en un box pequeño es probable que los entrenadores puedan dedicarnos más tiempo, ya que no tendrán tantos alumnos a los que atender. Gracias a esto, podremos aprender mejor la técnica y corregir nuestros errores para lograr los resultados que buscamos.