Lejos del running o de practicar deportes convencionales como el baloncesto, hacer natación o simplemente ir al gimnasio, hay una serie de ejercicios, rutinas o clases que hasta hace un tiempo no conocíamos, pero poco a poco los ves cada vez más u oyes hablar de ellos, pero no sabes exactamente qué son. Entre estas nuevas disciplinas está el GAP, que seguro que si eres de los que va al gimnasio habrás visto que hay clases cada día. El GAP no es más que el conjunto de iniciales de glúteos, abdomen y piernas, las zonas que más se trabajan cuando se realizan estas clases. ¿Quieres descubrir algunos beneficios o cómo se hacen los ejercicios para tonificar esas partes?
Aunque se puede hacer de forma individual, lo más normal es hacer rutinas de GAP en clases colectivas guiadas por un monitor que pueda ayudarte a corregir ejercicios mal ejecutados o a medir tu resistencia para irla aumentando poco a poco. Como ya te adelantamos, estos ejercicios tonifican tres zonas concretas, así que veamos que ejercicios son los mejores.
Para los abdominales se pueden realizar los clásicos o también otras variantes, por ejemplo los de oblicuos. En la misma posición en la que se hacen los abdominales normales, se coloca el pie derecho sobre la rodilla izquierda y, con las manos detrás de la nuca, levanta el hombro izquierdo para llevar el codo hasta la rodilla derecha. Se hacen las repeticiones marcadas y se cambia de pie y hombro. Por su puesto, la plancha, ese temido ejercicio por todos, también es un ejercicio indispensable que ayudará a reforzar cuello y espalda.
Para los glúteos se suele comenzar con ejercicios tan básicos como las sentadillas o las zancadas en las que se aprovecha y también se tonifican las piernas. Aún así, otro gran ejercicio para reforzar los glúteos en concreto es fundar rodillas y manos en el suelo con ambas partes abiertas a la anchura de los hombros. Con la espalda bien alineada, eleva una pierna en ángulo de 90 grados o totalmente estirada como si fueses a tocar el techo con la planta del pie. Una vez termines con una pierna, cambia.
Más allá de las sentadillas y las zancadas hay una ejercicio que puede parecer simple pero que refuerza bastante la zona baja de las piernas. Es tan sencillo como separar las piernas a la altura de los hombros y ponerse de puntillas unos segundos. Lo ideal es aguantar 10 segundos, pero siempre puedes ir poco a poco. Verás que lo que en un principio pensabas que era fácil, es más complicado de lo que creías.
El GAP puede ser una rutina más que beneficiosa para las personas, ya que con el tiempo puede corregir problemas de postura, en especial en la zona de la espalda, fortalece el abdomen y todo el tren inferior del cuerpo, dándole mucha más fuerza y puede ayudar a prevenir lesiones y a reducir los dolores de espalda. Algunos ejercicios, es especial los abdominales pueden ayudar a fortalecer el suelo pélvico y también a evitar las pérdidas de orina al reforzar toda esa zona.
Eso sí, estos beneficios llegan si se hace bien, pues una mala ejecución o practica puede hacer que el efecto sea totalmente contrario, haciéndonos daño en las lumbares o provocando lesiones. Para no estancarse, lo mejor siempre es ir incrementando la fuerza. Por eso en un principio se hacen los ejercicios sin peso extra, pero para aumentar la resistencia es normal que llegado a un punto, se introduzcan bandas elásticas o barras de peso.
Aunque el GAP de por sí ayuda a quemar grasa y a fortalecer y tonificar los músculos que se trabajan, no está de más combinar estas sesiones con otros deportes como salir a correr, montar en bicicleta o la natación para variar de ejercicios y ponerte completamente en forma.
Los ejercicios GAP son ideales para fortalecer grandes grupos musculares. Lo mejor es, por lo menos al principio, comenzar con clases colectivas en las que un especialista te ayude a realizar los ejercicios a tu intensidad perfecta y te corrija posturas o ejercicios mal ejecutados que podrían dañarte en lugar de beneficiarte. Ahora que ya sabes qué es eso del GAP, ¿estás dispuesto a probar una clase?