Cuando se llega a la mediana edad el cuerpo empieza a sufrir cambios debido a que los síntomas de la edad son cada vez más notables, no solo estéticamente, sino también físicamente. Los huesos empiezan a doler más, existe debilidad muscular y la acumulación de grasa se convierte en un problema al tener dificultades para deshacerse de ella. Por eso el ejercicio físico es un buen aliado a cualquier edad, y uno de los mejores deportes es la natación, nada mal ahora con el calor del verano.
Siempre se ha hablado de la natación como un deporte completo, pues se trabaja prácticamente todo el cuerpo, desde las piernas hasta los brazos. Así, sus diferentes técnicas permiten que se pueda nadar de formas distintas para adaptarse a las necesidades de cada persona.
La natación es un deporte que puede traerte muchos beneficios a tu salud física y mental porque permite liberar tensiones y disminuir el estrés, así que es perfecto para terminar una jornada laboral dura y así caer rendido luego en la cama, ayudándote a conciliar el suelo mucho mejor. El movimiento en el agua y el control de la respiración permiten que al practicar este deporte se fortalezca el sistema respiratorio, así como también puede mejorar la circulación sanguínea.
Pero uno de sus principales beneficios es tonificar el cuerpo a la vez que ejercita músculos, huesos y articulaciones, haciendo que la postura mejore según pasan las semanas de entrenamiento. Nadar es un ejercicio suave en el que ejercitas prácticamente todo el cuerpo, en especial la espalda. Al nadar se fortalece la columna vertebral y los dolores de espalda pueden menguar considerablemente y, si se nada de forma correcta, tu posición fuera del agua mejorará bastante y evitará problemas en las lumbares y las cervicales.
Y si nadar como tal no es lo tuyo, el aquagym es una gran opción. Es algo así como hacer una clase de gimnasio en el agua, que se realizan con regularidad en los centros deportivos. Es importante saber hacer bien los ejercicios, en especial en personas con patologías como la artrosis o la osteoporosis, por eso la presencia de un monitor que guíe y corrija es clave para que este ejercicio sea beneficioso.
Aquí viene la gran pregunta, porque claro hay muchos estilos, unos más convenientes y otros menos, pero lo importante en todos es realizarlos con una buena técnica para que todo sean beneficios en tu cuerpo, ya que hacerlo mal no es precisamente muy adecuado para tus huesos y músculos.
El crol es uno de los estilos con menos impacto y más sencillos, pero tiene su complejidad, pues se debe nadar con el cuerpo bien estirado y la zona del cuello relajada mientras la cabeza está bajo el agua y cuando se gira para respirar, de lo contrario se podrían notar dolores en el cuello o incluso notar cierta tensión en él.
Nadar de espalda también es uno de los estilos más recomendados y que te permite trabajar todo el cuerpo, aunque quienes tengan lesiones de hombro deben tener precaución y consultar primero si pueden practicarlo. La braza puede parecer sencilla, pero es una técnica complicada que si no se realiza de forma adecuada puede generar problemas en las rodillas y en el cuello.
Aunque quieras probar, mucho cuidado con el estilo mariposa, bien hecho es fantástico, pero requiere de mucho entrenamiento y una técnica perfecta si no quieres que sea perjudicial. Es un estilo exigente que hay que saber dominar, pues hacerlo mal puede suponer dolencias en la espalda, en el cuello y en los hombros.
La natación es un deporte completísimo que, por lo menos las primeras veces, debe hacerse bajo supervisión de un especialista o monitor para corroborar que la técnica sea buena. Recuerda siempre optar por el crol o por nadar de espalda, pues son los más sencillos y los que más beneficios pueden traerte, en especial para el fortalecimiento de la espalda.