Antes de que amanezca, Jesús Roldán, de 53 años, se convierte en hombre de hierro. Para ser exactos, esta condición la tiene ya en su naturaleza más allá de las horas que dedica a preparar una de las pruebas más exigentes del mundo, el Ironman, una disciplina que combina running, natación y ciclismo. Una vez que se desprende de su mono de triatlón, sigue siendo de hierro porque traslada a su trabajo en el Área de Hacienda y Personal del Ayuntamiento de Madrid las mismas capacidades que aplica en el deporte: tiempo, concentración, esfuerzo, constancia, compromiso y disciplina.
El Ironman es el desafío deportivo de moda en el mundo de los ejecutivos, empresarios y personas con responsabilidad habituadas a marcarse objetivos y tomar decisiones poniendo a prueba sus capacidades de grandes líderes de un modo muy similar. "El éxito radica en la resistencia, en el afán de superarte y en la capacidad de escuchar al cuerpo. El reto es individual. No se trata de ganar, compites contra ti mismo", explica Roldán mientras se dirige a su cita con su preparador, Adrián Ruano, triatleta y entrenador de Triatlón. Ambos han empezado la cuenta atrás para el Ironman 70.3 que, con permiso del Covid-19, tendrá lugar en Calella, Barcelona, el 3 de octubre de 2021. Jesús tiene por delante nueve meses con 12 horas semanales de entrenamiento, que se intensificará aún más a medida que se acerque la fecha.
Hasta entonces, Ruano le observará de cerca y nos aporta algún detalle: "Le ayudaré a perfeccionar su técnica y le iré dando las pautas oportunas para cuidar los músculos, hidratarse, alimentarse y compensar del modo correcto la pérdida energética. Es una prueba con ciertos riesgos para la salud si no se realiza una correcta preparación física y un entrenamiento muy vigilado y constante, sobre todo a partir de los 50 años".
Serán 1,9 kilómetros a nado en la bahía, 90 Km de ciclismo y otros 21,1 corriendo y una línea de meta en la playa. "Mi objetivo -señala Jesús- es completarlo en 15 horas. Terminarlo sería ya una gran satisfacción, una experiencia incomparable. Soy consciente de mi edad y del esfuerzo al que se somete mi organismo con la prueba". La ciencia compara este desgaste con 20 años envejecimiento, si bien el proceso es reversible en los días posteriores. "Por eso, tan importante es entrenar como aprender a recuperarse", advierte Ruano.
Quienes ya han superado el desafío, aseguran que el Ironman hace que tiemble hasta el último músculo. En las zancadas finales, los pies se niegan a levantarse del suelo. "En esos momentos, la mente es la única que puede seguir tirando", asegura Jesús. Carlos Bernabé, psicólogo deportivo y especialista en alto rendimiento, da fe del papel decisivo que juega la cabeza en este tipo de entrenamiento. Tanto él como Ruano insisten en la importancia de los mensajes que recibe el deportista para reforzar los ejercicios, para aprender a hablarse a sí mismo y motivarse o buscar soluciones cuando encuentra un problema en el camino.
Bernabé señala dos momentos cruciales en los que la mente es crucial, como lo es también la presencia del psicólogo deportivo. "El primero es cuando el deportista desea mejorar más y más rápido y necesita encontrar la manera de ser más eficaz y de mantener el control de sus rutinas, en términos de esfuerzo, alimentación y horas de sueño". Otro momento es cuando existe un problema de ansiedad o bajo estado de ánimo. "Son dos palabras que describen procesos básicos de aprendizaje que, en ese momento, no nos adaptan a los objetivos que tenemos en mente. El trabajo con el psicólogo es determinante para revertir estos aprendizajes y suplirlos con otros más realistas".
El psicólogo, autor de 'La persona tras el deportista', un libro que narra cómo es vivir en el constante deseo de querer mejorar, es testigo directo de cómo este tipo de entrenamiento está ganando popularidad en personas mayores de 50 años con un gran peso en la empresa, en la política, en las finanzas. Asegura que la preparación es de por sí una experiencia muy reforzante. "Al final, la carrera solamente conlleva el 1% del tiempo que tardamos en estar preparados para afrontar tal reto". Los meses previos son los que aportan una cantidad enorme de reforzadores internos y externos que, según dice, se trasladan al entorno personal y profesional. "A nivel personal, se puede relacionar el esfuerzo por cumplir un objetivo en el deporte con el mundo de los negocios, donde el nivel de estrés e incertidumbre que deben soportar es similar. A nivel social, aporta la capacidad para ser referente y ejemplo también fuera de la dirección de sus empresas, lo que se convierte en un estímulo de gran valor".
Con la vista puesta en Barcelona, Jesús se está preparando ahora de un modo mucho más concienzudo, pero siempre ha estado siempre vinculado a la práctica deportiva y más aún desde 2005, que es cuando se inició en el running. Pero seamos realistas. ¿Cualquier persona que haya pasado la barrera de los 50 podría plantearse la hazaña del Ironman? A nivel físico, Ruano responde: "Aunque ya tengas una buena preparación física, necesitarás al menos un año. Si no hay este entrenamiento previo en running, natación o ciclismo, lo ideal es trazarse un plan con entrenamiento progresivo, pruebas diferentes y metas más cortas".
Desde el punto de vista psicológico, Bernabé nos garantiza que cualquiera tiene la capacidad para afrontar retos que en un principio pueden parecer imposibles. "Pero estamos hablando de personas cuyas habilidades y capacidades físicas están al menos en un mínimo posible para iniciar un entrenamiento continuado", matiza. Considera que el aprendizaje vital de cada uno es importante. "Las personas que hayan obtenido experiencias retadoras en otros campos estarán mejor expuestas a la posibilidad de imaginar nuevos retos incluso en el plano deportivo".
En cualquier caso, Bernabé apunta que en este tipo de mentes maduras que se disponen a afrontar el desafío del Ironman suelen confluir tres elementos: motivación, un plan de acción y capacidad de transferir el valor del deporte a la vida personal. Dice que la motivación suele llegar por azar, por imitación o después de una situación personal difícil que deseamos superar. El plan de acción lo define como unas metas claras y bien planificadas a corto y medio plazo. "Es importante contar con una buena preparación física (entrenador), estratégica (conocimiento sobre la mejor manera de preparar a cada persona en función de la prueba) y psicológica (mantener los reforzadores y superar los baches que siempre aparecen en todo proceso de mejora).
La tercera condición que cita Bernabé es quizás la que mejor define a estos hombres y mujeres con naturaleza de hierro. "La actividad física aumenta su valor siempre que se le encuentre una transferencia hacia el trabajo o la vida social y personal. El ejercicio diario te hace sentir mejor físicamente y esto aumenta tu estado de ánimo y energía general durante el día. También compartimos los retos con otras personas y mejoran las relaciones sociales y, por tanto, nuestra sensación de autoestima. Y, por último, nos aporta un valor reflexivo que se gana en las horas de entrenamiento. Esta sensación de fluidez es perseguida por todos los que tienen grandes responsabilidades y se enfrentan diariamente a importantes decisiones".
Un estudio de la Universidad de Colonia y el Instituto de Tecnología de Karlsruhe concluyó que las empresas cuyos consejeros delegados han corrido alguna maratón son entre el 4% y 10% más rentables que aquellas sin jefes deportistas. Ángel Cano, Íñigo Churruca o José María Álvarez Pallete son algunos de los directivos y presidentes más renombrados de la economía española se han dado cita en estos últimos años en la maratón de Nueva York. "El entorno ha hecho cambiar las cosas y los grandes directos ven el triatlón como el nuevo golf", ha declarado Rob Urbach, presidente ejecutivo de USA Triathlon. Tenemos también el ejemplo de William S. Demchak, presidente de PNC Financial Services Group, que terminó en el puesto 36 de su categoría (50-54 años) en Omaha, Nebraska. Cuando le preguntaron cómo era capaz de conciliar deporte y trabajo, aseguró que busca huecos en su agenda para entrenar, muchas veces cuando ni siquiera ha amanecido o cuando ya es completamente de noche. Deja claro que aquellos viejos directivos que se reunían en salones atestados de humo son ya historia. En lugar del puro, el mono de triatlón ha pasado a ser la seña de identidad que lleva a la excelencia.