Cuando pensamos en el culturismo probablemente la primera persona que se nos viene a la mente es Arnold Schwarzenegger, quien se hizo siete veces con el título de Mr. Olympia, lo que le empujó a partir de los 80 a convertirse en una figura clave en el cine de acción hasta la actualidad, incluso ha sido gobernador del California. Pero después de Schwarzenegger ha habido muchos culturistas que lograron la misma o incluso una mayor fama que el actor, y ahí está Lee Haney.
Haney es un exculturista de 62 años que se alzó con el título de Mr. Olympia en ocho ocasiones de forma consecutiva, la última en 1991, algo que nadie había conseguido antes y por lo que se convirtió en uno de los grandes en la disciplina deportiva, superando a Schwarzenegger. Pero sus hazañas no fueron lo único que lo elevaron al Olimpo, también el volumen muscular que había logrado, con unos músculos de hierro que le dotaban de una estética única y fibrada.
Desde siempre mostró su interés por el culturismo, a lo que se ha dedicado en cuerpo y alma, pero también logró graduarse obteniendo el título para ofrecer asesoramiento a jóvenes y dar consejos para mantener una vida saludable buscando el equilibrio entre lo espiritual, lo emocional y lo físico.
Fue en 1993, momento en el que su etapa en Mr. Olympia ya había pasado, cuando abrió su propio gimnasio en Atlanta completamente equipado para sus clientes montando un imperio en el fitness. Además, ha trabajado con grandes deportistas creando programas personalizados adaptados a cada deporte para lograr el mejor rendimiento de los deportistas que acudían a él, entre ellos Sean Bradley o Gary Sheffield.
Bill Dobbins, editor de la revista Flex Magazine, declaró sobre Haney que él entró "en el culturismo porque se rompió la pierna dos veces jugando al fútbol en la escuela. Eso explica que Lee tenga músculos de mastodonte, pero no huesos de mastodonte. Esa es la clave de su estética. Con huesos y articulaciones más pequeños, puede terminar con músculos más formados y afilados, de lo contrario acabarás con músculos gruesos, pero no tan estéticos".
Y aunque es discreto y no habla mucho de su familia, sí que la muestra en sus redes sociales y cómo muchos de ellos tienen la misma pasión, o quizá no tanta, como él por el deporte. Lleva décadas casado con Shirley, con la que ha montado diferentes negocios u organizaciones y con la que tiene dos hijos, Joshua y Olympia, nombre que algo tendrá que ver con sus éxitos en el mundo del culturismo, que le han dado ya varios nietos.