Si hay un deporte en el que la experiencia importa, ese es el running de larga distancia. Estamos acostumbrados a observar cómo las personas de mediana edad terminan ganando las pruebas más duras y largas del mundo. Lo pudimos comprobar hace unos meses con la victoria de Chema Martínez (50 años) en la ultramaratón de Islandia. Correr está de moda y cada vez hay más carreras, de distancia y condiciones diversas. Hoy, te traemos una de las más duras del mundo, solo apta para personas acostumbradas a vivir en zonas de frío extremo.
Es la maratón de Oymyakon, que se desarrolla en la región de Yakutia, Rusia. Basta con echar un vistazo a las temperaturas regulares de la zona para entender la magnitud de su dureza. En la presente edición, los participantes corrieron nada más y nada menos que a 53 grados bajo cero. Sesenta y cinco valientes de distintas partes del mundo, hombres y mujeres, salieron el pasado 21 de enero a conquistar el recorrido total, según el diario The Siberian Times.
El ganador fue Vasily Lukin, un profesor del Instituto de Cultura Física y Deporte de Churapcha, un enclave rural situado al este del país postsoviético. Lukin consiguió superar la prueba en 3 horas y 22 minutos. Se trata de su segunda victoria en esta prueba de dureza extrema, que se desarrolla en pleno invierno en una de las regiones más frías del mundo. La mujer más rápida también es rusa: Marina Sedalischeva, que terminó los 42 kilómetros de la prueba en 4 horas y 9 minutos.
"Gracias a los organizadores que gestionaron la carrera para superar las dificultades de la pandemia”, agradeció Lukin a su llegada a Tomtor, donde se encontraba la línea de meta. “Me gustaría ver más corredores de la república rusa y alrededores en futuras maratones”, explicó. La carrera comenzaba en la mencionada ciudad de Oymyakon y recorría 42 kilómetros de pura nieve y ambiente gélido hasta llegar a Tomtor.
Es la tercera vez que se realiza esta maratón en Yakutia, una región conocida por las temperaturas glaciales que, sin embargo, se está viendo muy afectada por el cambio climático. Este mismo verano, una serie de incendios forestales concentró un total de 1,5 millones de hectáreas quemadas en todo el territorio ruso, cebándose especialmente con la mencionada zona. Conviene recordar que Yakutia es una de las partes más frías de Rusia por su frontera con el océano Ártico. Durante el periodo estival, se llegó a temperaturas récord de hasta 39 grados, en un comportamiento climático ciertamente anómalo.