En el obituario del periodista David Gistau, el escritor Manuel Jabois, responsable de la letra del nuevo himno del Real Madrid, cuenta que el primero le recomendó sustituir la palabra 'belleza' por 'galerna'. Era una cuestión generacional; el Madrid de Jabois era el de la volea de Zidane, mientras que el de Gistau tenía más que ver con las remontadas épicas en el barro. Hoy, que ha fallecido la leyenda del madridismo Paco Gento a los 88 años, la frase cobra aún más sentido, aunque el salto entre generaciones sea mayor.
El club de Chamartín y el mundo del fútbol llora la pérdida de 'la Galerna del Cantábrico', uno de los estandartes del Real Madrid de los 50, que junto a Di Stéfano y Puskas consiguió la friolera de cinco Copas de Europa seguidas y, años más tarde, en el 66, terminaría por agrandar su mito consiguiendo la sexta. Repasamos su entorno, figura e hitos más importantes a lo largo de su carrera.
Nacido en Guarnizo, Cantabria, en octubre de 1933, Gento comenzó a despuntar en equipos de su comunidad autónoma hasta que el Racing de Santander se fijó en él y le fichó. Allí, en el equipo principal de Cantabria, Gento comenzó a tocar la puerta de los grandes equipos del mundo por sus cualidades físicas y técnicas. En el curso 1953-1954, el Real Madrid tocó a su puerta y se llevó a uno de los jugadores más prometedores de España para culminar una delantera de ensueño junto Puskas, Di Stefano, Rial, y Kopa.
Extremo izquierdo, habilidoso y rápido con el balón y con una visión de juego moderna para el momento de desarrollo que vivía el fútbol de aquellos años, Gento disputó un total de 600 partidos oficiales con el Real Madrid, marcando 182 goles y acudiendo a la selección española un total de 43 veces. Era muy conocido por sus centros milimétricos y por esa forma única de encarar y regatear al adversario. Aquellas condiciones le otorgaron un apodo poético, épico, ligado a sus raíces geográficas: la 'Galerna del Cantábrico'.
Pero no era solo explosividad. También buen hacer y criterio en el oficio del fútbol. Así le definía Alfredo Di Stéfano, compañero y leyenda del fútbol mundial. "Gento seguía, arrancaba y frenaba rapidísimo durante todo el partido. Correr es importante, pero solo si sabes jugar, porque una cosa es darle a la pelota y otra interpretar el fútbol".
Gento permaneció en el club durante 18 temporadas, convirtiéndose en un referente para los jóvenes en el vestuario y alcanzando hitos históricos que se mantienen hasta el día de hoy. Al ganar cinco Copas de Europa en su primera etapa y otra en el año 1966, es el único jugador de la historia del fútbol que ha ganado seis títulos de la máxima competición de clubes continental. Además, consiguió un total de doce Ligas, una Copa de España, una Intercontinental, una Pequeña Copa del Mundo y dos Copas Latinas.
La familia del exjugador del Real Madrid estuvo marcada desde siempre por el fútbol. Sus hermanos, Julio y Antonio, también fueron futbolistas. A Julio se le apodaba 'Gento II' y Antonio participó durante años en el equipo más importante de Cantabria, el Racing de Santander. Con su mujer de siempre, Mari Luz, que era bailarina, concebió a sus dos hijos: Julio y Antonio, que le legaron a su vez dos nietas, Aitana y Candela.
Uno de los capítulos más polémicos de su devenir vital tuvo lugar en una relación previa a Mari Luz. Durante cinco años, Gento mantuvo un noviazgo con otra bailarina que se quedó embarazada de una niña, Paquita. Sin embargo, nunca la reconoció como su hija, hasta que la justicia declaró hace tres años que la hasta entonces hija legítima tenía todo el derecho a mantener los apellidos del exfutbolista y optar a una herencia, algo que la familia de Gento nunca aceptó.
En el imaginario del aficionado veterano madridista quedarán para siempre sus internadas por la banda izquierda, su velocidad relampagueante y los hitos históricos que le han acompañado a lo largo de su historia.