El Real Madrid de finales de los 90 atrajo a un brasileño corpulento, rápido, zurdo; uno de esos jugadores que nacen con un balón pegado al pie y, con su capacidad innata para gambetear y tirar a puerta, enarbolan la bandera del buen fútbol. Zé Roberto solo pasó dos años en Madrid (1996-1998), pero aquel periodo fue suficiente para dejar huella en Chamartín. Jugador de Santos, Bayern de Múnich y Hamburgo, el brasileño se retiró en noviembre de 2017 después de toda una vida en el césped. Lo que pocos imaginaban es que sería ahora, a sus 47 años y alejado de los terrenos de juego, cuando está alcanzando su pico más alto de condición física. Te contamos su secreto.
No hay mucho misterio, más allá de lo que todos nos podemos llegar a imaginar. Para Zé Roberto, la clave para mantenerse en forma más allá de los 45 años, superado el vacío de la retirada y de la rutina deportiva, es seguir constante en el entrenamiento diario. Nada de excusas ni descansos, ni siquiera en fechas tan propicias para ello como Navidad. Así daba la bienvenida al año el exfutbolista, en una clara consigna que viene a rezar aquello de 'sin dolor no hay gloria'.
Además de la constancia en el entrenamiento, todo se basa, a su vez, en mantener una rutina vital alejada de los vicios. Una vida lo más parecida a su etapa profesional, al fin y al cabo. En una entrevista concedida hace algún tiempo a DPA, Zé Roberto explicó que su vida no ha cambiado tanto desde que ya no se dedica profesionalmente al fútbol. "No tengo vicios. No bebo bebidas alcohólicas, no fumo, me alimento muy bien, duermo bien. Tengo mi familia que es mi seguridad", adujo.
"Creo que esos son factores importantes para llegar a la edad que llegué y aún seguir jugando en un alto nivel", dijo. El marco de sus declaraciones es el final de su carrera, cuando aún era jugador profesional, ya con 43 años. Ahora, a sus 47, esa filosofía de vida sigue intacta. Según se observa en su Instagram, perfil en el que comparte todos sus entrenamientos y su vida, todo se basa en combinar las barras, la condición física y el cardio, en un equilibrio que le permite, llegados los 47 años, seguir con un cuerpo más propio de un atleta de élite que de una persona que afronta la madurez.
"Él éxito proviene del deseo, la determinación y la perseverancia para alcanzar una meta. Incluso sin llegar al objetivo, aquellos que buscan y superan obstáculos, como mínimo harán cosas admirables", aconseja Zé Roberto en uno de sus posts de Instagram, red social en la que acumula más de 1,7 millones de usuarios seguidores.