Los casos de viruela del mono no dejan de aumentar, ya van más de 60 positivos, y Sanidad ya ha informado a las comunidades autónomas que España participará en la compra de vacunas que se espera que estén aquí “en días o semanas”. Sin embargo, no se ha detallado a quién o cómo se van a administrar las dosis. De acuerdo con los expertos, esta inyección, pensada inicialmente para la viruela humana, podría otorgar hasta un 85% de protección frente a la del mono.
Se empezó a inocular en España en 1921 de manera obligatoria, a partir de los 70 se comenzó a ponerse de manera irregular y ya en 1980 se dejó de administrar. Precisamente también hasta esa fecha se vacunaba a los niños de la tuberculosis, también conocida como BCG. Ambas dejaban una marca en la piel, pero ¿cómo se si tengo puesta la una o la otra? Te lo contamos.
Pese a lo que puedas pensar, realmente ambas cicatrices no se parecen en nada. La farmacéutica Boticaria García explicaba en el programa Espejo Público que la de la tuberculosis es algo más redonda que la de la viruela y además tiene un cierto relieve, es decir, deja como una pompa. Por su parte, la escara de la viruela es más grande y presenta una forma volcánica y está hundida.
La vía de administración de estas vacunas es la razón por la que dejan marca. La mayor parte de las que nos ponen a lo largo de la vida son intramusculares. Sin embargo, tanto la tuberculosis como la viruela son de aplicación subcutánea, de ponen en la parte superficial de la piel, lo que provoca una inflamación.
Como explicábamos anteriormente, durante diez años su aplicación se realizó de forma irregular y son precisamente los que tienen entre 40 y 50 años los que pueden tener dudas sobre si les inocularon o no esta fórmula. Los menores de esta edad, no la tienen y los mayores, todos.
Otra manera de comprobar si fuiste uno de los elegidos es comprobar la cartilla de vacunación. El problema es que, de acuerdo con la última encuesta realizada por Nielsen y Sanofi Pasteur MSD, solo dos de cada diez españoles saben donde la tienen y el 45% de la población afirma que directamente no tiene una en su poder.