No solo dolor de brazo: si te comienza a molestar la espalda puede ser síntoma de infarto
El dolor que se produce no es agudo, más bien difuminado, y de ahí su peligro
Puede estar acompañado de fatiga, mareos y náuseas
Los primeros minutos son clave: cómo reaccionar si a alguien le está dando un infarto
Los infartos siguen siendo la primera causa de muerte en España y también en el resto del mundo. Cada día fallecen alrededor de 100 personas de un ataque cardíaco en nuestro país, según datos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria y en más del 80% de los casos podría haberse evitado.
Normalmente, cuando hablamos de los síntomas más comunes de un infarto de miocardio, el dolor en el brazo izquierdo es uno de ellos. Es el más recurrente en hombres, pero en el caso de las mujeres, la molestia suele estar desplazada, ser más leve y aparecer acompañada de sudoración repentina o sentimiento de ansiedad. Es precisamente en la parte superior de la espalda donde se centra este dolor. Desde Norton Healthcare nos explican qué tiene que ver con el corazón y qué hacer si nos pasa.
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¿Están conectados corazón y espalda?
En ocasiones nuestro cerebro no es capaz de identificar dónde está el origen de la molestia, es lo que se llama dolor referido y es exactamente lo que ocurre cuando tenemos un ataque cardíaco. Además, debemos tener en cuenta que no todos son iguales y que cada persona tiene una gravedad diferente en los síntomas.
“Mientras que el corazón puede estar hambriento de oxígeno, los nervios que conectan el corazón con el cerebro también se fusionan con los que conectan la cabeza y el cuello, por lo que las señales se malinterpretan. El dolor de espalda, cuello o mandíbula relacionado con el ataque cardíaco también es más difuso, por lo que es difícil determinar su ubicación exacta”, explican desde Norton.
¿Qué otros síntomas son diferentes por sexos?
El dolor de mandíbula o garganta también es muy común. Suele ser una sensación que comienza en el pecho y pasa hacia arriba, como si te estuvieras asfixiando, para acabar en la mandíbula. De hecho, los dentistas no es raro que diagnostiquen que algo no va bien y manden al paciente a urgencias con un infarto ya que no ven que haya ninguna relación entre el dolor y el estado de la cavidad oral.
Las mujeres, además, son proclives a acompañar los dolores físicos con náuseas y vómitos, similares a los que se tienen con una gastroenteritis. También suelen tener una fatiga acusada y poco común. Pese a que es algo normal dado el ritmo de vida estresante que tenemos, sí que es más intensa y no está asociada a esfuerzos físicos o mentales.