Ni siquiera ha pasado la primera quincena de julio y ya estamos sumergidos en una sofocante ola de calor, la segunda de este año. Gran parte del país supera los 40 grados de temperatura máxima, algunas zonas incluso elevan sus termómetros por encima de los 45 grados. Ante esta situación, y aunque luego la factura de la luz nos salga cara, el que tiene aire acondicionado en casa lo habrá encendido para combatir el calor, en especial por la noche, cuando las temperaturas se mantienen por encima de los 20-25 grados haciendo prácticamente imposible conciliar el sueño. No obstante, hay que hacer un uso responsable del aparato, ya que pone en riesgo nuestra salud.
Sí, el aire acondicionado tiene riesgos para nuestra salud, sobre todo si lo usamos en exceso o a temperaturas demasiado bajas, más de lo recomendado, generando especialmente enfermedades respiratorias, ya que al enfriar el aire le quitan humedad al ambiente y tienden a acumular polvo y gérmenes en sus filtros.
Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), alrededor de un 20% de los catarros, laringitis, faringitis o procesos bronquíticos que se producen en verano lo hacen a causa del uso inadecuado del aire acondicionado, aunque la mayoría de los casos son leves.
Lo más común es que se produzca irritación o inflación en la vía aérea superior, la faringe o la laringe, también a nivel bronquial, debido al aire frío. Tampoco son buenos los cambios bruscos de temperatura cuando salimos de un lugar con aire acondicionado a la calle y su calor sofocante, sin darle tiempo al cuerpo a aclimatarse correctamente, siendo el principal origen de los resfriados veraniegos.
No hay que olvidar que estar constantemente expuestos al aire puede provocar problemas musculares y terminar con dolores en zonas como las cervicales o las lumbares.
Además de catarros o faringitis, entre otros, también está la bacteria Legionella pneumophila, un germen común en los sistemas de ventilación que puede ser el causante de una neumonía que puede llegar a ser grave. Otras patologías que pueden surgir son rinitis, asma o neumonitis por hipersensibilidad, señalando la SEPAR que hay que tener especial precaución con pacientes vulnerables o con enfermedad respiratoria grave.
Para evitar que el aire acondicionado nos vaya en contra, la SEPAR aconseja limpiar los filtros del aparato de forma periódica, especialmente antes de verano, cuando más se utiliza. Sin embargo, también es importante saber utilizarlo, manteniendo su temperatura entre los 20 y los 25 grados, para así lograr mantener también una correcta humedad del aire de la casa.