La cerveza es una de las bebidas más consumidas de nuestro país. De acuerdo a los datos Cerveceros de España, los españoles consumimos una media de 52 litros per cápita de este alcohol al año, una cifra que nos sitúa entre los países más aficionados a esta bebida.
De hecho, según un reciente ranking publicado por la web Expensivity, España es el segundo país de la Unión Europea que más cerveza consume, solo superado por República Checa. En concreto, y siempre según este estudio, en nuestro país se consume una media de 417 cervezas por persona al año, un poco menos que en República Checa, donde la media se sitúa en 468 birras al año. Casi nada.
Disfrutar de una buena cervecita con los amigos es un placer irresistible, sobre todo ahora que estamos en verano y el calor aprieta. Sin embargo, cuando tomamos este alcohol, muchas veces podemos vernos sorprendidos por una molestia muy incómoda: la hinchazón abdominal. Y es que ¿quién no ha notado que, tras un par de cañas, los pantalones empiezan a apretarle un poco más de la cuenta?
Sentir el vientre hinchado y abultado después de beber cerveza es algo bastante común. De hecho, es algo que suele ocurrir no solo cuando bebemos cerveza, sino también cuando consumimos prácticamente cualquier tipo de alcohol o bebida carbonatada, sobre todo si bebemos en exceso. Pero ¿a qué se debe?
La razón por la que se hincha la barriga después de beber cerveza, alcohol u otras bebidas carbonatadas la encontramos en los gases que se liberan en nuestro estómago cuando consumimos este tipo de bebidas.
El cuerpo humano en su tracto gastrointestinal presenta una serie de gases de manera natural, como el oxígeno, el dióxido de carbono o el hidrógeno, que son necesarios para que el sistema digestivo pueda funcionar correctamente, ya que permiten que se formen las bacterias necesarias para descomponer los alimentos que se ingieren.
El problema llega, sin embargo, cuando el nivel de estos gases aumenta, ya sea por una mala alimentación, por la propia deglución del aire al comer con prisas o por un consumo de bebidas carbonatadas, como puede ser la cerveza.
En el caso concreto de la cerveza, cuando se consume este tipo de alcohol se corre el riesgo de que aumente el nivel de dióxido de carbono en nuestro cuerpo, ya que en el interior de esta bebida hay una gran cantidad de Co2 disuelta. Como resultado, cuando la tomamos, podemos provocar un exceso de dióxido de carbono en nuestro cuerpo, que derivaría en la hinchazón. Además, también nos produciría más gases.
La hinchazón abdominal por haber consumido cerveza puede aparecer independientemente del número de latas o botellines que hayamos consumido, aunque lo más habitual es que aparezca cuánto más bebemos. No obstante, dependiendo de nuestro propio metabolismo, esta hinchazón puede aparecer incluso cuando bebemos de manera moderada.
El consumo excesivo de cerveza y otros tipos de alcohol, asimismo, puede alterar la microbiota intestinal y favorecer la distensión abdominal. Además, e independientemente de los gases que tengan o dejen de tener estas bebidas, también puede favorecer el aumento de peso y la obesidad. Especialmente, en estos casos se corre el riesgo de aumentar la grasa visceral, un tipo de grasa que se encuentra interiorizada en nuestro organismo y suele tener un efecto negativo en nuestra salud, ya que está relacionada con problemas de cardiopatía, colesterol, diabetes de tipo 2 y afecciones respiratorias.
Por eso, a la hora de consumir este tipo de bebidas, es importante que lo hagamos con moderación, y siempre dentro del marco de una dieta sana y equilibrada.