La Asociación Española contra el cáncer (AECC) lo llevaba pronosticando mucho tiempo y es que la pandemia ha sido una bomba de relojería en lo que al diagnóstico de esta enfermedad se refiere. Los datos lo avalan. Un informe recién publicado en ‘The Lancet Oncology’ asegura que hemos retrocedido 10 años en relación al diagnóstico del cáncer. El coronavirus ha sido el causante de que más de un millón de casos no se hayan encontrado a tiempo.
Tras analizar los datos de los países europeos las cifras asustan. Los médicos vieron a un millón y medio menos de pacientes con cáncer durante el 2020, y uno de cada dos no recibió ni quimioterapia ni se sometió a una cirugía necesaria para curar la enfermedad. “Estimamos que se han perdido un millón de diagnósticos de cáncer en toda Europa durante la pandemia. Además, hemos detectado un efecto escalofriante en la investigación del cáncer con el cierre de laboratorios y el retraso o la cancelación de los ensayos clínicos en la primera ola pandémica. Nos preocupa que Europa se encamine hacia una epidemia de cáncer en la próxima década si no se priorizan con urgencia los sistemas de salud y la investigación del cáncer”, explica Mark Lawler, presidente de la comisión de investigación.
Otro de los grandes problemas ha sido la falta de detección precoz ya que se estima que se realizaron 100 millones menos de pruebas de cribado. Pero si la pandemia ha sido un ralentizador, la invasión rusa de Ucrania representa otro gran desafío en materia de investigación, ya que ambos países eran dos de los mayores contribuyentes y donde más ensayos clínicos se hacían de Europa central y oriental. A esto se añade que la industria considera que realizar ensayos clínicos en cáncer en países fronterizos con Ucrania es un riesgo demasiado alto y el parón se espera que vaya para largo.
En nuestro país, tras la primera ola, se calculó que una de cada 5 personas no fue diagnosticada debido a la saturación del sistema sanitario. Desde la AECC aseguran que entre 40.000 y 50.000 personas se vieron afectadas antes de que terminase el año 2020. “Ha sido un mazazo para los pacientes con cáncer, que puede pasar factura a medio y largo plazo en tasas de supervivencia”, asegura la presidenta de la asociación. La falta de cribados y el bloqueo en la atención primaria ha paralizado totalmente la detección precoz, muy importante en los primeros estadios de la enfermedad.