No es ningún secreto que la naturaleza tiene un impacto muy positivo sobre nuestra salud mental. Aumenta la esperanza de vida, mejora el estado de ánimo, activa la creatividad, favorece un mejor funcionamiento cognitivo y permite dormir mejor, entre otras cosas. Según un estudio del l Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona, las personas que viven cerca de árboles y zonas verdes tienen menos probabilidades de padecer problemas de salud mental.
Esta conclusión está estrechamente vinculada con la regla 3-30-300 propuesta por el profesor de ecologización urbana y silvicultor holandés Cecil Konijnendijk, basada en que el verde ayuda a mitigar las altas temperaturas, a prevenir inundaciones y mejora la salud de la población.
Konijnendijk planteó que, para tener una buena salud mental, deberíamos ver desde la ventana de nuestra casa al menos tres árboles, deberíamos vivir en un vecindario con una cobertura arbórea del 30% y estar a un máximo de 300 metros de un parque o un bosque. El estudio de ISGlobal, publicado en Environmental Research y que ha contado con la participación de 3.145 personas de 15 a 97 años, confirma esta regla.
La mala noticia es que solo el 4,7% de la población cumple con los tres preceptos de la regla de espacios verdes. “Un 62,1% cuenta con un espacio verde importante a menos de 300 metros, el 43% sí tiene al menos tres árboles a 15 metros de casa y solo el 8,7% vive en una zona con suficiente verdor circundante”, revelan los expertos. Lo peor es que casi el 23% de la población no cumple con ninguna de las tres disposiciones, demostrando un elevado déficit de naturaleza.
“De media, el 18% declaraba tener mala salud mental, el 8,3% que había visitado a un psicólogo en el último año y entre el 8,1% y el 9,4% que había tomado tranquilizantes o antidepresivos en los últimos dos días” afirma Mark Nieuwenhuijsen, autor principal del estudio. Por este motivo, aseguró que “hay una necesidad urgente de proporcionar más espacios verdes a la ciudadanía”, ya que, además de contribuir a la captura de CO2, mejoraría la salud mental de las personas.
Los investigadores cruzaron los datos de dicha encuesta con indicadores de espacios verdes, sensores y mapas de cubierta terrestre y el trabajo reveló que cumplir la regla completa se asociaba con una mejor salud mental, menos uso de medicación y menos visitas al psicólogo.
Es decir, la tendencia debería ser "más sombras, más espacio, más naturaleza dentro de la ciudad, y sobre todo: mucho menos cemento. No deberíamos tener que elegir entre ciudad y naturaleza cuando podemos tener ambas", tal y cómo explican desde Greenpeace.