Se le conoce por ser uno de los principales defensores del ayuno como método de sanación. El bioquímico Valter Longo (Génova, 1967), profesor de Gerontología en la Escuela Leonard Davis de la Universidad de California del Sur, ha dedicado su carrera a investigar a las personas más longevas del mundo y ha encontrado que ayunar puede hacer mucho por nuestra salud si lo hacemos de la manera correcta: 12 o 13 horas sin comer ni beber nada únicamente por la noche.
Longo acaba de presentar en España su última obra, 'El ayuno contra el cáncer', una extensa obra que compila años de investigación. Práctico y directo, el científico ha hablado con Uppers de enfermedad, longevidad y de cómo lleva la edad. La conclusión es esperanzadora: podemos vivir con salud hasta los 150 años. "Más sería un problema", advierte.
Acaba de escribir un libro sobre cómo tratar algunos tumores. ¿Cree que el cáncer tiene la misma divulgación que otras enfermedades, por ejemplo, las relacionadas con el corazón? ¿Da miedo hablar de él?
Cuando hablo con periodistas, como en este caso, siempre que hay que hablar de cáncer, evitan hablar de él. Creo que es porque la mayoría de las personas no quiere oír hablar de cáncer porque, precisamente, les preocupa más que cualquier otra cosa. Así que también creo que cuando hay buenas noticias, como inmunoterapia, la gente sí quiere saber más. La dieta que imita el ayuno es una posibilidad de esperanza. Es decir, tu tío, tu abuelo o tu hermana tiene un cáncer avanzado, pero ahora, quizás, alguno de ellos puede responder bien y vivir hasta los 100 años.
¿Es una posibilidad real?
Esta es la realidad, no es una idea. Se ve cada vez más. No es un milagro, vemos cánceres en estadio cuatro de páncreas o de pulmón en pacientes que siguen viviendo mucho y que, incluso, lo eliminan, quedan libres de cáncer.
En su libro relaciona el ayuno, la nutrición y algunos alimentos con la aparición de ciertos tumores. A veces se demonizan ciertos alimentos o, de pronto, resultan muy buenos para la salud. ¿No hay cierto despiste en los centros de salud y en la opinión pública?
Efectivamente, hay mucho desconcierto. Y la razón es que la mayoría de las noticias que se publican se basan en estudios únicos, en un solo estudio. Por ejemplo, hoy una universidad descubre que la cafeína es mala. Y, por supuesto, mañana alguien nos va a decir que la cafeína es buena. Lo que llevamos intentando hacer desde hace décadas es concienciar de que un estudio por sí mismo no dice nada. Diez estudios significan muy poco, 300 estudios sí significan mucho porque ya estamos construyendo el edificio, ya tenemos los cimientos, distintos tipos de cimientos que hacen que no se vaya a caer el edificio.
¿Y en el caso concreto de la cafeína?
Sobre la cafeína, sí hablamos de algunos efectos secundarios, pero decimos siempre que parece bastante neutral. Puede ser positiva para el Parkinson, pero en general, es neutra. Puedes tomar algo de café, ¡no pasa nada! La gente lo que tiene que pedir es que no le hablen de un solo estudio o de tres. Deben pedir que los descubrimientos se sitúen en un contexto, no solo histórico, y que les cuenten, por ejemplo, qué pasa con la cafeína en los ratones, en los ensayos clínicos y en los estudios epidemiológicos o qué pasa cuando se toma mucho café.
Las personas que viven más de 100 años, ¿han bebido mucho café?
La mayoría de las personas centenarias con las que he hablado han tomado café y alcohol. No muchísimo, eso también, pero casi todos han bebido algo de café y algo de alcohol. Sí sería necesario tener una idea de lo que es bueno, malo o neutro.
Se declara partidario del ayuno, un tema que está muy de moda entre los nutricionistas. Incluso se habla de 'ventanas' de ayuno. ¿Qué piensa de este boom?
El ayuno solo se puede hacer una única manera, que es de 12 a 13 horas por la noche. Solo hay que beber agua en ese periodo y ya está. O ni siquiera beber. Si lo utilizamos como medicina, tenemos que identificar qué más podemos hacer y quizás lo más prometedor es la dieta que imita el ayuno hecha varias veces al año: una dieta de cinco días hecha 12 veces al año sería lo máximo.
¿Qué se consigue con esto?
Hemos visto que se consigue reducir el colesterol, la presión arterial, la glucosa de ayuno, la inflamación... Sobre todo, en las personas que tienen altos niveles de todo esto. Si alguien tiene una glucosa de ayuno de 80, no vemos que se reduzca. Tampoco queremos que baje más. El ayuno es resetear el sistema para pueda funcionar mejor. Cuanto más estudiamos el ayuno y la dieta que imita el ayuno, más nos reafirmamos en que esto es un proceso evolutivo para hacer este reseteo del sistema. Antes, la gente no podía no ayunar, era inevitable. Había que hacer ayuno. Luego, la evolución nos ha permitido hacer muchas otras cosas, por ejemplo, en el verano acumular grasas para sobrevivir al invierno. El ayuno hace que se pueda acumular y que los músculos quemen la insulina, por ejemplo.
El cáncer es una enfermedad mayormente asociada a la vejez. ¿Estamos programados para tener cáncer al envejecer?
No estamos programados para tener cáncer. Hay una cierta posibilidad de que el cáncer esté ahí para matarnos a todos, pero tener un programa conlleva un propósito: el propósito de acabar con nosotros. No creo que haya un programa. Lo que sí creo es que el cáncer es el resultado de que llegas a una cierta edad, envejeces más rápidamente de lo que deberías por un estilo de vida no adecuado, una alimentación no adecuada y, por eso, hay más cánceres que antes. Por ejemplo, mucha proteína animal, muchos azúcares, mucha comida basura, la obesidad... Todas estas cosas, en conjunto, hacen que haya más cáncer.
¿Hay más razones?
Aparte de esto, las sustancias cancerígenas, la exposición a la contaminación y a las toxinas que están en la comida o el aire.
Hablemos ahora de longevidad. Hay personas que logran vivir razonablemente bien más de 100 años. ¿Es solo cuestión de genes o hay factores ambientales que promueven la longevidad?
Son ambas cosas. Cuando empecé a ir a estas regiones de Italia y también de Estados Unidos o de Japón donde tienen longevidad récord, en lo primero que piensas es en la nutrición. Pero si empiezas a rascar un poquito, ves otras cosas. Por ejemplo, en los centenarios italianos pocas veces hay un doctor, siempre es un granjero o un pastor, alguien que hace un trabajo de este estilo. Así que la nutrición, el trabajo físico o hacer actividad física. Pero la genética está ahí. Eva Morano llegó a cumplir 117 años y me decía que su hermano y sus padres vivieron más de 100... Así que al hablar de estas familias, hay genética, hay estilo de vida y también hay nutrición.
El cáncer sigue siendo la enfermedad más temida, ¿pero debemos seguir temiéndola? ¿Cuánto hemos avanzado?
Hemos avanzado, pero no tanto como deberíamos. Pero la gran diferencia es que debemos centrarnos en que el paciente pueda vivir el suficiente tiempo como para poder encontrar la cura de su cáncer. Lo hemos visto en algunos melanomas y en otros tipos de cáncer en los que la terapia hormonal para cáncer de mama o de próstata nos puede hacer sobrevivir mucho más. Así que, aunque para la mayoría no hay cura, sí que los tratamientos nos ayudan a vivir lo suficiente como para que pueda descubrirse la cura.
Y ahí entra la dieta que imita el ayuno...
La dieta que imita el ayuno está dando pruebas de que vivir más puede ser una realidad para que cuando se encuentre la cura sigamos vivos. La terapia adecuada, más la dieta que imita al ayuno, nos permite vivir más. Si yo tuviera cáncer, sin duda alguna combinaría: iría al mejor hospital oncológico y haría el ayuno, combinaría la dieta con la terapia que me dijera el oncólogo.
Si pudiera 'programar el disco duro' de alguien que estuviera a punto de nacer, ¿qué inputs introduciría para que esa persona pudiera vivir con salud muchos años?
El programa sería ilimitado. En el cuerpo tenemos organismos que viven un día y organismos que pueden vivir 200 años. Si quieres hacer una bacteria que viva un día o un tiburón que va a vivir 200 años, el programa va a ser distinto. Desde un punto de vista futurista, si nos preguntamos si la gente puede vivir sana para siempre, creo que podemos hacer que la gente viva hasta los 150 años, más allá tendríamos un problema. Se puede ser joven hasta los 80, entrar en la edad media entre los 80 y los 110, y ser ancianos hasta los 150.
¿Un científico como usted, volcado con la longevidad y la lucha contra el cáncer, cómo lleva la edad?
Tengo 55 años y hago lo mismo que cuando tenía 20 años. Físicamente, no echo de menos ser más joven. Espero llegar hasta los 60 en este mismo estado. Lo que intento ser es realista: soy joven hasta los 60 y luego podré estar sano hasta los 90.