Durante el pasado Mundial de fútbol, en uno de sus populares streamings, Luis Enrique desveló cuál era su secreto para estar en tan buena forma física: entrenar antes de desayunar. Lo cierto es que varios estudios han demostrado que la actividad física en ayunas sirve para quemar más grasa corporal y acelerar el proceso de perder peso, pero también puede tener desventajas.
El ejercicio en ayunas puede hacer perder músculo al mismo tiempo que la grasa, además de que si el cuerpo se queda sin recursos puede empezar a quemar proteínas en lugar de grasa. Además, entrenar en ayunas puede implicar un rendimiento físico menor. Sin embargo, sí hay un hábito cuya efectividad está avalada de forma unánime por la ciencia: tomar una taza de café antes del ejercicio.
Científicos de la Universidad de Granada, pertenecientes al departamento de Fisiología, han demostrado que la ingesta de unos 3 mg/kg de cafeína (el equivalente a un café bien cargado) media hora antes de realizar ejercicio aeróbico aumenta notablemente la quema de grasa. Si el ejercicio se realiza por la tarde, los efectos de la cafeína son incluso mayores.
Bien es sabido que la cafeína aumenta los niveles de cortisol, una hormona producida en el cuerpo que genera el estado de alerta y mejora la concentración y el tiempo de reacción, lo cual es importante si se practica un deporte porque aumenta la eficacia de los entrenamientos. Por eso es una de las sustancias ergogénicas más consumidas en el mundo para mejorar el rendimiento deportivo.
Más allá de esos beneficios, el estudio, publicado en el ‘Journal of the International Society of Sports Nutrition’, se planteaba averiguar si la cafeína, realmente incrementa la oxidación o ‘quema’ de grasas durante el ejercicio.
En la investigación participaron un total de 15 hombres con una media de 32 años de edad, que completaron una prueba de ejercicio cuatro veces en intervalos separados por siete días. Los sujetos ingirieron 3 mg/kg de cafeína o un placebo a las 8 de la mañana y a las 5 de la tarde. Cada sujeto completó las pruebas en las cuatro condiciones en un orden aleatorio).
Asimismo, se estandarizaron estrictamente las condiciones previas a cada prueba de ejercicio (horas de ayuno, realización de ejercicio físico o consumo de sustancias estimulantes), y se calculó, en respuesta a la misma, la oxidación de grasas durante el ejercicio.
Pues bien, los resultados del estudio pusieron de manifiesto que la ingestión aguda de cafeína 30 minutos antes de realizar una prueba de ejercicio aeróbico aumentó la máxima oxidación de grasas durante el ejercicio independientemente de la hora del día.