Hace un año Enrique Bunbury anunciaba que abandonaba las giras tras 35 años de carrera por unos problemas con la voz que nunca quedaron claros. El cantante aseguraba entonces que fuera del escenario no tenía ningún contratiempo, pero era subirse a uno y comenzaba a experimentar unas molestias muy dolorosas. Llegó a pensar que se trataba de secuelas del covid-19 o de miedo escénico. Incluso la gira con la que pretendía despedirse tuvo que ser suspendida ante la imposibilidad física de continuar. Ahora por fin el aragonés errante tiene un diagnóstico y sabe cuál es el motivo de su forzada retirada.
Como ha revelado el propio artista en una entrevista para Associated Press, ha desarrollado una intolerancia a una sustancia llamada glicol, que está "presente en la mayoría de efectos de humo que se utilizan en los escenarios". Esto explicaría por qué podía cantar y ensayar con normalidad en el estudio y por qué en cuanto se subía a un escenario comenzaba a sufrir ataques de tos persistente que le afectaban gravemente a las cuerdas vocales.
"Al segundo concierto yo ya empecé a tener problemas claros, los problemas eran principalmente por la noche, tenía una tos compulsiva que no me dejaba dormir y me destrozaba la garganta y tenía una sensación en los pulmones como de arena, de haber respirado polvo", relata el cantante sobre los síntomas que experimentaba. Bunbury reconoce haber pasado una época "traumática y frustrante", pero ahora "es un alivio mayor saber lo que te ocurre. Durante mucho tiempo estuve viviendo con la ignorancia total de lo que me ocurría”.
El glicol trata de una sustancia sintética, que absorbe el agua y que se usa para crear el famoso "humo" o "niebla" que se usa habitualmente en los conciertos. Su nombre proviene del griego y significa "dulce", ya es es un líquido denso de sabor dulce. Es transparente, sin olor y con bajo peso molecular, que se puede disolver en otros compuestos orgánicos.
No hay un solo tipo de glicol. Algunos se utilizan para fabricar poliéster, así como anticongelante para vehículos, lubricante, plastificante, excipiente para la industria cosmética y conservante de soluciones para cuidado personal como cremas y perfumes. Pero el uso que aquí nos interesa es del efecto "niebla" en espectáculos.
Las máquinas de humo son las que generan el vapor denso cuyo aspecto se asemeja al del humo. Generalmente producen la niebla vaporizando agua mezclada con un fluido basado en el glicol. Para ello se inyecta el fluido sobre una base caliente que hace que se evapore rápidamente. Cuando el vapor resultante entra en contacto con el aire exterior frío se genera la niebla artificial.
¿Es perjudicial para la salud el glicol? Según apunta el 'Heraldo de Aragón', el Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología indica que exposición extrema a este humo puede causar irritación ocular, síntomas de voz como disfonía, molestias en la garganta e incluso síntomas similares al asma o bronquitis en personas sin asma. Aunque esto solo ocurriría cuando se experimenta una exposición a largo plazo.
Ahora que ya sabe la causa de sus males y cómo erradicarla, Bunbury podría volver a las presentaciones en vivo, algo que ha valorado más durante el tiempo que ha permanecido alejado de los escenarios. “Tenía el dolor de sentir que este alejamiento del público podía suponer cortar ese link que existe de comunicación con las personas, porque un concierto no es un mero acto promocional”, dijo. “Es un momento de comunicación con gente que ha vivido y ha sentido tus canciones”.
Precisamente de conexiones con los demás trata 'Invulnerables', el tema que Bunbury lanzó el pasado viernes como adelanto de su próximo álbum, que se espera en mayo. “Habla de la fortaleza que se adquiere en equipo, cuando formas un buen tándem con alguien. Aunque la canción se llame ‘Invulnerables’, de alguna forma habla de la vulnerabilidad del individuo solo y de lo que ganamos con otro, de todo lo que crecemos y de lo que podemos alcanzar", explica el vocalista.
En el caso de Bunbury finalmente ha resultado ser el glicol la causa de sus males, pero los problemas que pueden afectar a un cantante profesional son variados y muchas veces tienen que ver con los sobreefuerzos vocales. "Tienen que poder cantar esas notas agudas tal y como están en el disco, tener un sonido de voz presente, luchar durante los conciertos contra uno de esos resfriados que afectan a la voz… No hay tregua. Cualquier cansancio se va acumulando y eso afecta a la voz, lo que normalmente se traduce en forzarla durante las actuaciones. Y eso suele desembocar en problemas graves, como por ejemplo en nódulos vocales", nos explicaban los coaches vocales Carlos Campaña y Esther Justel, de Vokalo.
Ante esa situación, lo que recomiendan los expertos es trabajar con vocal coaches regularmente para ejercitar su voz. "El cantante es como un deportista de élite porque tiene una actividad vocal que le requiere una demanda que no es la de cualquier persona. Por eso, deben trabajar el tono, las intensidades, los colores, la sensibilidad en la laringe y la resistencia al sobreesfuerzo vocal", nos explicaba Alba González, logopeda, profesora de canto y vocal del Grupo de Trabajo de Voz del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid.
"Este trabajo es necesario para asegurarse de que siempre se está utilizando la voz de la forma más eficiente posible. Al fin y al cabo, las cuerdas vocales suelen ser del tamaño de la uña del dedo pulgar. Son realmente pequeñas. Si se utilizan bien, pueden dar mucho de sí, pero se degradan muy rápidamente si se utilizan de la forma incorrecta", aseveran los expertos de Vokalo.