“La ansiedad es una emoción natural que nos prepara para reaccionar ante situaciones que valoramos como peligrosas o donde se ponen en juego nuestros intereses”, así es como la define Patricia J. Díaz, psicóloga y terapeuta del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Además, explica qué sucede cuando esa emoción natural se desborda hasta el punto de producirse un ataque de ansiedad. En Uppers le hemos consultado cómo detectar un ataque de ansiedad e, importante, cómo actuar ante un ataque de ansiedad. Es necesario tomar las riendas para calmar tales emociones hasta tratarlas con un especialista si fuera necesario.
Una entrevista de trabajo, la firma ante notario de la compra de una propiedad, un reencuentro, un examen… son ese tipo de situaciones a las que se refiere Patricia J. Díaz. “El problema llega si la agitación que experimentamos es excesivamente intensa, duradera en el tiempo y, más que ayudarnos a afrontar la situación, interfiere negativamente en nuestro desempeño”, subraya la psicóloga. En este caso es cuando se desarrolla una ansiedad patológica o desadaptativa, que impide la resolución de problemas al igual que adaptarse a los cambios. La manifestación visible es un ataque de ansiedad.
Muchas personas sufren de ansiedad, pero no son conscientes de ello hasta que precisamente se desencadena un ataque. Por este motivo, la psicóloga señala que debemos estar pendientes de nuestras reacciones, sensaciones y sentimientos para identificar que han dejado de ser normales y se están convirtiendo en una dificultad que afecta al día a día.
La preocupación continua por situaciones cotidianas, sociales o laborales que se convierten en problemas cuando en realidad no lo son tanto; la dificultad para concentrarse y prestar atención con lo que no se hacen bien las cosas cuando se tiene capacidad de sobra; la irritabilidad, la tensión y la inquietud persistente que impide relajarse y menos aún disfrutar; la dificultad para enfrentarse a ciertas situaciones que al final se evitan y que incluso generan aislamiento social; o los problemas para conciliar el sueño ante todas esas preocupaciones constantes.
Son varios los síntomas que indican que una persona se encuentra ante un ataque de ansiedad. En ocasiones, incluso se llega a pensar que se está sufriendo un infarto, sobre todo si es la primera vez que se desencadena, porque se genera una situación de pánico que cursa con unos síntomas muy similares de forma instantánea, sin previo aviso y que alcanza su máxima intensidad en muy pocos minutos. Se recibe una noticia negativa inesperada, se produce una situación de emergencia o que se descontrola o es necesario enfrentarse a una reunión importante, pero se produce un bloqueo que se manifiesta con síntomas como los que J. Díaz enumera a continuación:
Es habitual que los ataques de ansiedad se presenten por causas psicológicas como, por ejemplo, el estrés cuando es mantenido en el tiempo y se acentúa en exceso. También hay determinados problemas físicos como el hipertiroidismo o dependencias (consumo de alcohol o de drogas) que a veces generan este tipo de crisis. Igualmente, pueden ser un síntoma de un trastorno mental o de fobias concretas.
Por otra parte, añade la experta, que "los ataques de pánico también se desencadenan en un momento de relax o de descanso. Por ejemplo, estamos sentados en el sofá viendo una película y de pronto notamos taquicardia o una sensación de ahogo". En estas ocasiones además empiezan las "interpretaciones catastróficas, pensamos que nos está dando un infarto y que nos vamos a morir. la crisis de ansiedad se agudiza porque hemos entrado en un círculo vicioso". Además,
Por ello, Patricia J. Díaz recomienda consultar con un especialista que es quien realiza una valoración exhaustiva, le pone nombre a la causa que ha provocado el ataque de ansiedad y prescribe un tratamiento y una terapia si fueran necesarios. Además, recuerda la importancia de llevar unos hábitos de vida saludables, porque todo influye: comer bien, hacer ejercicio, dormir las horas suficientes, tomarse tiempo para el ocio y el disfrute personal, aprender a relajarse…
Conviene tener unas pautas para actuar en situaciones de este tipo. La psicóloga apunta que es importante mantener la calma, aunque resulte difícil sobre todo si es la primera vez que sucede. “Ante ese miedo que hasta puede ser pánico no hay que dejarse llevar sino ponerle freno. Un recurso es controlar la respiración para regularla pero antes se debe haber aprendido a hacerlo.
Las pautas son tomar el aire por la nariz y expulsarlo por la boca hasta conseguir que la respiración sea rítmica e ir retomando una respiración normal”, explica Patricia J. Díaz. "Es un tipo de ejercicio que convendría tener ensayado y practicarlo de vez en cuando ya que cualquiera se puede ver en una situación extrema y entrar en pánico", añade. En esas ocasiones en las que se es consciente de esa respiración acelerada se produce una hiperventilación, es decir, hay un desequilibrio entre la cantidad de oxígeno, que aumenta demasiado, y la de CO2, que disminuye.
Cuando ese ataque de ansiedad se ha desencadenado otras veces, la experta aconseja "lanzarnos mensajes que nos ayuden a recuperar la calma, ya sabiendo que la ansiedad potencialmente no es peligrosa".
Otra recomendación "es buscar distractores ambientales tanto acústicos como visuales”, dice la psicóloga. Fijar la mirada en un objeto, imaginar mentalmente que se está en un lugar soñado o apacible como la playa, recordar una canción, abrazar o tocar algo relajante e incluso contar hacia atrás porque automáticamente pone a la mente a trabajar en una operación que genera dificultad.
J. Díaz destaca que igualmente se debe relajar la musculatura, concentrarse en todo el cuerpo, ser consciente de la tensión y soltar poco a poco cada músculo, desde los pies a la cabeza. Además, infusiones como la valeriana, la manzanilla, la tila o la lavanda ayudan porque calman. “Una crisis de ansiedad puede durar hasta media hora, pero cuando es difícil manejar los síntomas y se alargan demasiado en el tiempo se puede acudir a un centro médico para que nos ayuden a controlar la situación”, concluye Patricia J. Díaz.