Estamos obsesionados con el peso, con mantenernos en él, no engordar y, en muchos casos, quitarnos unos cuantos kilos. El objetivo, aparte de la estética, es ganar salud, ya que el sobrepeso es una de las causaa de enfermedades graves, como la hipertensión, la diabetes y algunas cardiopatías.
Pero una reciente investigación matiza este extremo: con más de 60 años, lo mejor para la salud es no adelgazar. Alcanzar los 90, 95 o incluso a los 100 años es más probable para las mujeres que mantienen su peso corporal después de cumplir esa edad. Así lo indica un estudio dirigido por la Universidad de California en San Diego.
La conclusión del estudio resulta paradójica porque siempre se ha asociado un IMC alto a enfermedades cardiometabólicas. Por esta razón, los trabajos que estudian la relación entre peso y esperanza de vida siempre son polémicos.
Este último trabajo, publicado en la revista científica 'Journal of Gerontology: Medical Sciences' de la Universidad de Oxford, señala que las mujeres mayores que mantenían un peso estable tenían casi el doble de probabilidades de alcanzar edades longevas. Aladdin H. Shadyab, profesor asociado de la Escuela Herbert Wertheim de Salud Pública y Ciencia de la Longevidad Humana de la universidad californiana y uno de los autores del estudio, explica que las mujeres mayores de Estados Unidos suelen padecer sobrepeso u obesidad, con un índice de masa corporal que oscila entre los 25 y los 35 puntos en la escala. El estudio, según este investigador, revela que el peso estable facilita la longevidad en las mujeres mayores.
Los investigadores estudiaron los cambios de peso en etapas posteriores de la vida y una longevidad excepcional en 54.437 mujeres. Todas ellas habían participado en la Iniciativa para la Salud de la Mujer, un estudio que investiga las causas de las enfermedades crónicas en mujeres posmenopáusicas. A lo largo del periodo de seguimiento, 30.647 de ellas, el 56% de las participantes, vivieron 90 años o más.
Las mujeres que perdieron al menos un 5% de peso tuvieron menos probabilidades de alcanzar la longevidad en comparación con las que lograron un peso estable. De la misma manera, ganar un 5% o más de peso, en comparación con un peso estable, no se asoció con una longevidad excepcional.
Perder peso de manera injustificada es otra señal de que algo no va bien: "Si las mujeres de edad avanzada se encuentran perdiendo peso cuando no están tratando de perder peso, esto podría ser una señal de advertencia de mala salud y un predictor de la disminución de la longevidad", explica el doctor Shadyab.
Las principales conclusiones del estudio advierten de que hacer dieta en mujeres mayores puede no ayudarlas a vivir más años, aunque siempre tienen más valor las recomendaciones médicas en casos concretos. Si el sobrepeso afecta a algunas funciones, como la digestiva o la cardiovascular, bajar de peso puede ser bueno para la calidad de vida.