Thomas Verny, psiquiatra, sobre la memoria del cuerpo: "Un corazón trasplantado es probable que lleve datos personales"

  • En su último libro, 'La memoria del cuerpo', el psiquiatra canadiense expone una polémica teoría sobre la conexión entre cuerpo, cerebro y mente

  • Indica que algún día habrá terapias capaces de recuperar los recuerdos del cuerpo y devolver un funcionamiento normal a pacientes que sufren Alzheimer o tumores cerebrales

  • Le entrevistamos aprovechando su paso por España para promocionar su nuevo trabajo

¿Dónde guarda la memoria los recuerdos? En principio, la respuesta no parece difícil. En el cerebro, responderá la mayoría. "Pues tal vez no. De hecho, hay casos en los que el cerebro no puede explicar lo que sabemos ni cómo funciona el mundo”. Esto es lo que responde Thomas R. Verny, psiquiatra de origen canadiense y autor de varios libros, entre ellos el que ahora nos ocupa, 'La memoria del cuerpo'. Hemos aprovechado su promoción en Barcelona para charlar con él de mente, cerebro y cuerpo. Sus revelaciones, fruto de siete años de investigación, cambia por completo lo que hasta ahora creíamos sobre la conciencia, el pensamiento o modo de ver el mundo.

La conciencia no es solo cosa del cerebro

"Pensamos, sentimos y actuamos con nuestro cuerpo. Este forma parte de una realidad mucho mayor de lo que antes defendían otros puntos de vista científicos sobre la mente y el yo. La inteligencia y la conciencia, que tradicionalmente están atribuidas únicamente al cerebro, también estarían relacionadas con todas las células de nuestro cuerpo”, dice.

También la memoria estaría incrustada en la matriz del organismo, de manera que las experiencias influyen, marcan, se registran y dejan huella en nuestras células y tejidos. "Todo esto -explica- significa que algún día habrá terapias capaces de recuperar los recuerdos del cuerpo y devolver un funcionamiento normal a las personas que sufren tumores cerebrales, Alzheimer u otras enfermedades neurológicas”.

Las perturbaciones mentales de la madre durante el embarazo pueden condicionar la estructura del cerebro del bebé, perjudicando su habilidad en el futuro para manejar el estrés

Hace tiempo, Verny publicó 'La vida secreta del niño antes de nacer', un best seller en el que que nos desveló que ya en nuestra vida intrauterina somos capaces de ver, oír, experimentar, degustar e incluso aprender, aunque sea de manera muy primitiva. También nos describió cómo las perturbaciones mentales de la madre durante el embarazo pueden condicionar la estructura del cerebro del bebé, perjudicando su habilidad en el futuro para manejar el estrés o incluso favoreciendo el desarrollo de algunas enfermedades.

Después de una intensa investigación, amplía sus hipótesis y expone que las células del cuerpo no son simples componentes biológicos. Almacenan memoria, moldean el código genético y se adaptan al entorno, influyendo de manera muy directa en la conciencia.

"Lo que estoy planteando aquí -dice- es que la conciencia y el libre albedrío son cualidades de la mente y que la mente es más que el cerebro. Me encuentro dispuesto a considerar, al menos, la posibilidad de que tal vez un precursor de la mente aún no comprendida pueda ser uno de los elementos fundamentales de los que está hecho el mundo, como la masa, la gravedad o la carga eléctrica. En otras palabras, la mente es más que el cerebro, aunque aún no sabemos en qué consiste ese más”.

La mente es más que el cerebro, aunque aún no sabemos en qué consiste ese más

Lo que Verny tiene claro es que ese tiempo en que nos considerábamos un conjunto de sistemas ha pasado a la historia. "Ningún órgano, ya sea el cerebro, el riñón, el corazón o cualquier otro, es una isla. El microbioma, por ejemplo, tiene multitud de efectos críticos. Desde el desarrollo del cerebro prenatal y la modulación del sistema inmunitario, hasta el comportamiento y la capacidad de conocer”.

El trasplante es más que un intercambio de tejidos

Sus observaciones le llevan hasta el polémico debate sobre los trasplantes de órganos. Su postura es que no consisten en un simple intercambio de tejidos físicos, sino también de otros aspectos, como la memoria y la mente, que podrían influir en la identidad y el comportamiento de los receptores.

El órgano trasplantado podría influir en la identidad y el comportamiento de los receptores

En su libro detalla el caso del corazón. "Igual que el intestino, también contiene un sistema nervioso intrínseco que exhibe funciones de memoria tanto a corto como a largo plazo. Es posible que sus neuronas jueguen un papel fundamental en la transferencia de memoria”. Reconoce que hay escasez de estudios científicos sólidos sobre los cambios de personalidad después de los trasplantes de corazón y, en parte, lo achaca al temor de los investigadores a ser etiquetados de poco científicos o extravagantes.

El psiquiatra se apoya en algunos estudios que han recogido testimonios de personas trasplantadas que han experimentado gustos y algunas características de la personalidad del donante. "La cirugía de trasplante de corazón -concluye- no es simplemente una cuestión de reemplazar un órgano enfermo por uno sano. Es más que eso. Los informes confirman que los receptores experimentan cambios en su propia personalidad que encajan con los gustos, las experiencias, aversiones y temperamento de su donante”.

Estos cambios serían esperables teniendo en cuenta su teoría de que la información y la memoria se almacena en las células y en los tejidos del cuerpo. "Es probable que transporten datos personales”. Verny está convencido de que para las familias de los donantes es reconfortante ver que sus seres queridos le dan a alguien una oportunidad en la vida, pero también saber que "una parte de ellos vive dentro del receptor”.

Demasiados enigmas en torno al cerebro

El psiquiatra se detiene en todos estos enigmas que tienen como protagonistas el cerebro, la mente y el cuerpo. La ciencia, en su opinión, con todo su arsenal de resonancias magnéticas funcionales, electroencefalogramas y otras herramientas cada vez más precisas, han mapeado el cerebro humano con éxito. "Han localizado las áreas responsables de la vista, la audición, las funciones ejecutivas y muchas otras. Han identificado también los circuitos neuronales del cerebro. Sin embargo, el éxito no se repite cuando se trata del misterio más profundo de la mente. ¿Cómo es posible que un órgano de tres libras con la consistencia de la gelatina cree sentimientos de asombro o cerebro?”

¿Cómo es posible que un órgano de tres libras con la consistencia de la gelatina cree sentimientos de asombro o cerebro?

Cree que nadie ha encontrado aún ese lugar que permita dar una imagen completa de lo que se siente, se piensa o experimenta. "Ni siquiera están cerca de descubrir cómo crea el cerebro la experiencia consciente. La voluntad, la razón o la mente no tienen actualmente ningún correlato neuronal identificado con precisión. ¿Cómo puede la activación de miles de millones de neuronas dar lugar a pensamientos, imaginación, artes o apreciación de la belleza o sentimientos más complejos, como el amor, el odio o la felicidad?” Todo esto es impenetrable, según dice, para la ciencia clásica. "El cerebro es visible, medible, cuantificable. La mente no es nada de esto”.

¿Hasta dónde quiere llegar? Sus planteamientos, según asegura, ayudan a comprender quiénes somos y cuál es nuestra relación con el universo, con nuestros seres queridos o incluso con nosotros mismos.