Dormir bien se ha convertido en todo un reto. No tanto el cerrar lo ojos, más bien el lograr que las horas que pasamos en posición horizontal sean fructíferas para nuestro descanso y realmente sea un sueño reparador. La realidad es que el insomnio se está convirtiendo en un problema de salud pública hasta el punto de que, según datos del ministerio de Sanidad, somos el primer país del mundo en consumo de pastillas para conciliar el sueño, y eso que el 25% de las personas que recurren a estos tratamientos siguen teniendo dificultades para lograr dormir bien.
Según los datos de un estudio liderado por la Sociedad Española del Sueño (SES) en 5’4 millones de españoles el insomnio es crónico, una cifra que se ha multiplicado en los últimos años afectando a la calidad de vida de casi la mitad de la población mundial.
Para intentar minimizar los efectos de la falta de sueño durante la noche no son pocos los que recurren a la siesta, un claro indicador de que el sueño nocturno no es suficiente y por eso durante el día sufrimos ataques de sueño. No obstante, tal y como señala a El País la coordinadora de la Unidad de Trastornos Neurológicos del Sueño en el Hospital Universitario La Paz, Milagros Merino Andreu, otras causas no tan frecuentes son algunas enfermedades neurológicas, como la narcolepsia, que provoca somnolencia durante el día y dificultando que quien lo sufre pueda dormirse repentinamente en cualquier momento.
Es por eso por lo que hay que prestar atención a si existen ataques de sueño diurno cuando durante la noche se descansa bien y el sueño es reparador y de buena calidad. En estos casos, la experta sostiene en el artículo mencionado que “hay que evaluar si se trata de una hipersomnia central como la narcolepsia, una hipersomnia idiopática o una hipersomnia recurrente”.
Dado a que la mayoría de las veces se debe a un mal descanso nocturno, por ejemplo, por acostarse tarde y despertarse temprano, la experta aconseja dormir una siesta, a ser posible después de comer, de menos de 30 minutos. En todo caso, su principal recomendación es que cuando un problema de sueño dura más de un mes, se debería acudir a la consulta del médico para exponer la situación y que nos puedan derivar a un especialista en sueño que dé los mecanismos idóneos y correctos para solventar el problema tras hacer el diagnóstico correcto.