Síndrome del 'hombro congelado', el desconocido (y doloroso) síntoma de la menopausia que puede durar años
La dolorosa afección conocida como capsulitis adhesiva la sufren en su gran mayoría mujeres de entre 40 y 60 años
El 'frozen shoulder' puede estar relacionado con los cambios hormonales, concretamente con la reducción de los estrógenos
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Entre el 2 y el 5% de la población mundial sufre una enfermedad poco conocida, un dolor que parece salir de la nada pero es capaz de afectar gravemente a la calidad de vida de quienes lo padecen. Nos referimos a la capsulitis adhesiva u 'frozen shoulder', una condición limitante que afecta a la articulación del hombro, caracterizada por la inflamación y la rigidez progresiva de la cápsula articular. En su gran mayoría lo sufren mujeres de entre 40 y 60 años en una etapa de la vida que coincide con la transición a la perimenopausia o menopausia y puede durar entre uno y tres años.
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A diferencia de las lesiones que se desarrollan por sobrecarga o traumatismo, el 'hombro congelado' se produce por una inflamación en el tejido conjuntivo, o cápsula, que rodea la articulación del hombro protegiendo los huesos y reteniendo los líquidos que permiten su correcto funcionamiento. Cuando se hincha provoca una pérdida drástica de movilidad en el hombro, al tiempo que causa un dolor que puede afectar a las actividades diarias más simples, como cepillarse el pelo.
Relación con cambios hormonales
Un estudio reciente de la Western University of Health Sciencies de Oregón (EEUU) ha desvelado que la capsulitis adhesiva puede estar relacionada con los cambios hormonales, concretamente con la reducción de los estrógenos del cuerpo. El estrógeno no solo regula las funciones reproductivas, sino que también juega un papel importante en la regulación del tejido conectivo y la lubricación articular. Su disminución puede contribuir al desarrollo de condiciones musculoesqueléticas, como este síndrome del hombro congelado.
Cómo actuar ante el 'hombro congleado'
Esta dolencia suele manifestarse en tres fases. Una inicial de dolor agudo, especialmente durante la noche o al intentar mover el brazo; una segunda 'congelada' y marcada por una rigidez extrema, lo que dificulta el movimiento del hombro en todas las direcciones; y finalmente una de descongelamiento en la que la movilidad mejora poco a poco.
Si estás experimentando síntomas de hombro congelado, lo primero que debes hacer es acudir a un médico que evalúe el problema. Normalmente se va a tratar con fisioterapia y ejercicios de estiramiento y fortalecimiento específicos para recuperar la movilidad del hombro, como subir lentamente el brazo por una mujer o usar bandas de resistencia. Para algunas pacientes también es viable la terapia hormonal de reemplazo (HRT). Pero más allá de los tratamientos profesionales, hay medidas que puedes tomar para manejar el dolor y mejorar la movilidad.
- No dejar de hacer ejercicio cuando se experimente una mejoría, ya que el 'hombro congelado' puede reaparecer.
- Aplicar calor en la zona afectada, ya sea con una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente, para que aumente la circulación sanguínea. El hielo, en cambio, puede empeorar la condición al causar más rigidez.
- Una dieta antiinflamatoria, baja en azúcares simples y carbohidratos procesados y alta en fibra y carbohidratos complejos, puede ayudar a reducir la inflamación.
- La prevención es clave, porque esta dolencia puede reaparecer una vez superada. Es importante mantener una buena rutina de ejercicio y prestar atención a los primeros signos de rigidez o dolor en las articulaciones.