Tiene 114 años y es la persona viva de mayor edad en Estados Unidos. Nacida en Georgia el 26 de septiembre de 1910, Naomi Whitehead sucede a Elizabeth Francis, quien ostentaba el título hasta el mes pasado cuando falleció a los 115 años.
Nacida en el estado sureño de Georgia como Naomi Washington se casó muy joven con Sylvester Whitehead, con el que tuvo tres hijos, uno de ellos fallecido en 2011. Ha vivido la mayor parte de su vida rodeada de su gran familia, formada por 12 nietos, 28 bisnietos y 49 tataranietos. Además de los vínculos familiares, ¿qué ha hecho posible que esta anciana se convierta en supercentenaria? La sorpresa es que detrás de su longevidad, no hay costosos tratamientos anti-aging.
En Estados Unidos alcanzar los 114 años puede considerarse una hazaña: solo el 0,03% de la población supera el siglo de vida. El primer hábito que contribuye a la longevidad de Whitehead es la práctica regular de sus aficiones favoritas. Cocinar, hacer repostería y oír música son sus hobbies preferidos, aunque lo que más le gusta es compartir historias familiares y no tan familiares. La centenaria ha sido testigo de grandes eventos, como la Primera y la Segunda Guerra Mundial, el hundimiento del Titanic o el ascenso de Estados Unidos como potencia mundial. Como explica su nieta Gwendolyn, su abuela ha sido el archivo viviente gracias al cual han conocido de primera mano los detalles más pequeños de la Historia.
Uno de los principales consejos de Whitehead para vivir muchos años es el trabajo duro. Durante muchos años, trabajó en una granja arando campos y recogiendo algodón y tabaco, lo que le permitió mantenerse activa durante gran parte de su vida. Su consejo resuena con el de otros centenarios y con un estudio de 2023 en el British Journal of Sports Medicine por el que se vinculó el sedentarismo con una vida más corta.
De hecho, en las zonas azules o santuarios de longevidad como los que están en Grecia, en Japón o en Italia los centenarios se mantienen activos, realizando trabajos agrícolas y otras actividades que redundan en el bienestar de la comunidad.
Muchos expertos hablan de 'ikigai'; otros, simplemente, valores. Tener una vida con propósito genera un vínculo con nuestro entorno y ese vínculo con los otros proporciona bienestar.
Cada persona elige cuál es su propósito. Puede ser una misión concreta, vivir de acuerdo a las propias creencias, practicar una religión o dedicarse a aquello que más apasiona. Según numerosos estudios, tener un 'ikigai', en cualquiera de sus declinaciones, dan sentido a la vida y refuerza los vínculos con la comunidad, factores vinculados con la longevidad.
Por último, otra de las claves de Naomi Whitehead para superar los 100 años es evitar hábitos tóxicos, como el alcohol y el tabaco. Como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), ningún consumo de alcohol es seguro. El alcohol es una sustancia pro-inflamatoria que causa deterioro celular.
Al mismo tiempo, el tabaco es un factor de riesgo desencadenante de enfermedades cardiovasculares y tumorales. El cáncer de pulmón es una de las principales causas de muerte. Se estima que fumar causa al año ocho millones de muertes en todo el mundo.