El 27 de marzo de 1998, la agencia federal norteamericana FDA autorizó la venta en farmacias del medicamento sildenafilo con el objetivo de solucionar los problemas disfunción eréctil bajo el nombre comercial de Viagra. Gracias a esta famosa pastilla azul, muchos hombres que hasta entonces se habían sometido a costosos y dolorosos tratamientos para lograr una erección, tuvieron una solución a golpe de pastilla.
La disfunción eréctil es un problema al que se enfrentan cada vez más hombres. El cirujano urólogo especialista en próstata, Peyronie y medicina sexual, el doctor François Peinado, asegura que “el aumento de la longevidad, las enfermedades vasculares y la obesidad, unido al deseo de mantener una vida sexual activa durante más años, hace que acudan cada vez más hombres y de mayor edad a nuestras consultas. Cada vez son más los pacientes mayores de 80 años que desean seguir disfrutando del sexo”.
Como en todo, existen muchas historias entorno a este medicamento que lleva entre nosotros más de 25 años, y no todas ellos son reales.
Desmontamos los 9 mitos más conocidos entorno a la Viagra
Aumenta el deseo sexual: La Viagra no interviene sobre la lívido de la persona en modo alguno, porque no tiene la capacidad ni de aumentar ni de disminuir el deseo sexual. El medicamento únicamente aumenta la potencia eréctil de la persona y le permite mantener un coito prolongado o tener varios coitos en un espacio corto de tiempo, ya que después del coito y la eyaculación, el pene recupera fácilmente la erección.
Incrementa la sensibilidad del pene y el placer sexual: La Viagra provoca una erección duradera y automática que dura varias horas, no tienen nada que ver con la sensibilidad o el placer sexual.
Termina con la impotencia: Hasta un 30% de pacientes los pacientes que utilizan el sildenafilo o compuestos similares no responden al tratamiento por diferentes motivos. Estos hombres se ven obligados a cambiar de tratamientos.
Ayuda con los problemas sexuales de origen psicológico: Las personas con disfunción eréctil de origen psicológico pueden tener con la Viagra una erección prolongada sin problemas, lo que les puede ayudar a superar miedos, inseguridades, frustraciones, etc., y por tanto reactivar su deseo y su salud sexual y la de su pareja, pero no solucionará el origen del problema, que deberá tratarse con un profesional de la salud mental.
Es el único medicamento a la venta para la disfunción eréctil: Desde 2013 hay en el mercado numerosos genéricos a precio más bajo y accesible para muchos.
De acceso libre en las farmacias: Legalmente, todos estos medicamentos solo se pueden adquirir con receta médica en farmacias. Es decir, solo un médico puede prescribir uno de estos fármacos, que no están indicados a personas sin problemas de disfunción eréctil.
Tomar Viagra sin receta es no peligroso: En general, Viagra no entraña peligros salvo para determinadas personas con problemas cardiovasculares y que están tomando óxidos nítricos, nitritos y nitratos orgánicos. Es desaconsejable tomar este tipo de medicamentos si no hay necesidad, sobre todo mezclados con otras drogas que puedan tener incidencia sobre la tensión arterial. Y es muy recomendable consultar con el médico antes de comenzar a tomarla.
Si abusas del Viagra puedes perder el pene: Entre los efectos secundarios del Viagra está el priapismo, que es un trastorno que provoca una erección prolongada a lo largo del tiempo y sin disminución. Uno de los efectos del priapismo es un intenso dolor en toda la zona genital, que si se prolonga demasiado puede dar lugar a disfunciones eréctiles crónicas, pero nunca a la pérdida del pene por gangrena.
Solo es útil para acabar con la disfunción eréctil: El sildenafilo comenzó a usarse para tratar la hipertensión arterial y la angina de pecho, pero casualmente se descubrió la respuesta que tenía sobre el pene, por lo que se probó con éxito en pacientes con disfunción. También se usa para paliar el mal de altura en deportes de riesgo como el alpinismo.