El efecto que tiene en tu memoria no dormir lo suficiente a partir de los 50

Una mala noche suele implicar que el día siguiente se nos haga más cuesta arriba, que estemos de mal humor y que nuestra concentración sea menor. Si se trata de un momento puntual se quedará en eso, pero si se trata de algo habitual, de tener problemas para dormir de manera frecuente, entonces puede llegar a convertirse en un problema más serio. No solo va a terminar incidiendo en nuestra salud, sino que puede tener ciertos efectos sobre la memoria, sobre todo pasados los 50 años.

Según un estudio de la revista médica Neurology en la Universidad de California, en San Francisco (EEUU), existe una asociación entre el insomnio y el envejecimiento cerebral, donde los efectos adversos pueden ser más perjudiciales a partir de la mediana edad. La investigación, dirigida por la doctora Clémence Cavaillès, establece una conexión entre la mala calidad del sueño y el deterioro de la memoria.

“Los problemas de sueño se han relacionado en investigaciones anteriores con una menor capacidad de pensamiento y memoria en etapas posteriores de la vida, lo que aumenta el riesgo de demencia”, explicó la experta. Según sus conclusiones, "la falta de sueño está relacionada con casi tres años adicionales de envejecimiento cerebral ya en la mediana edad".

Seis características del mal sueño

Para realizar el estudio, se incluyó a 589 personas con una edad aproximada de 40 años, y se les hizo un seguimiento del sueño durante 15 años: a los 5 años, completaron un cuestionario y al final los participantes se sometieron a exploraciones cerebrales. Se identificaron seis características del mal sueño (corta duración, mala calidad, dificultad para conciliar, dificultad para permanecer dormido, despertar temprano por la mañana y somnolencia diurna) y se dividió a los participantes en tres grupos: los del grupo bajo no cumplían con más de una característica, los del grupo medio tenían entre dos y tres y los del grupo alto presentaban más de tres. 

Analizados los escáneres con la técnica definida por el equipo, se determinó que los participantes del grupo medio tenían una edad cerebral media 1,6 años mayor que los del grupo bajo. Y los del grupo alto, 2,6 años mayor.

"Nuestros hallazgos ponen de relieve la importancia de abordar los problemas del sueño en etapas tempranas de la vida para preservar la salud del cerebro”, afirmó la doctora Kristine Yaffe, de la Universidad de California en San Francisco y miembro de la Academia Americana de Neurología, y otra de las autoras del estudio. 

Cómo preservar una buena salud del sueño

Entre las sugerencias que pueden ayudarnos a mantener una buena salud del sueño, están las siguientes:

  • Acostarse y levantarse siempre a la misma hora.
  • Evitar quedarse en la cama si pasados 15 minutos no se ha podido dormir (es mejor salir de la cama y cambiar de habituación) u optar por una actividad que ayude a relajar, como leer.
  • Evitar aparatos electrónicos antes de ir a la cama, así como los relojes, que hacen que seamos conscientes de cómo pasa el tiempo.
  • Evitar cenar cosas muy pesadas o tomar alimentos que impidan el sueño, como la cafeína.
  • No dormir siestas demasiado largas o hacer planes que acaben muy tarde
  • Hacer ejercicio de forma regular
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